Divulgando la cultura en dos idiómas.

El primer paso

Hace poco, un diálogo de la oscarizada película “Pequeña Miss Sunshine” me generó un pensamiento interior. En un instante, el abuelo dice: “Un verdadero perdedor es alguien que tiene tanto miedo a no ganar, que no lo intenta”.

Es curioso cómo las emociones nos limitan a la hora de enfrentar los retos, que no son otra cosa que nuevas oportunidades. Las empresas fundadas por Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckerberg o Howard Schultz no fueron más que una simple idea, en un momento determinado de sus vidas. Como dice el también emprendedor Ben Weissentstein, “todo empieza como nada”.

Por ejemplo, los llamados millennials (las personas que han nacido entre los años 80 y 90) tienen ante sí un mundo hecho a la medida de los emprendedores. Es una generación que busca el liderazgo propio.

Cuatro características comunes definen a los emprendedores, según un estudio realizado por Universidad Estatal de Oregón y la Universidad de Tufts: el pensamiento innovador, su interés por los negocios, el autocontrol y la necesidad de tomar la iniciativa.

Por consiguiente, considero que lo fundamental es desarrollar una buena educación, para perfeccionar nuestras capacidades profesionales. Pero también, a la par, potenciar la inteligencia emocional, para lidiar con los obstáculos que nos limitan y no tener miedo a tomar decisiones.
Como explico en el libro “Un buen hijo de P”, para mí ha sido fundamental apoyarme en las «tres P» que dan sentido a la vida: pasión, paciencia y perseverancia.

Pasión, para desarrollar una actividad que te complete. Inviertes parte de tu vida, lo más valioso que tienes, por lo que debes tener la motivación necesaria para darlo todo en tu proyecto.
Paciencia, porque nada sucede de la noche a la mañana. Hay que establecer estrategias y potenciar el dominio emocional. Alcanzar el éxito implica transitar un camino largo.

Perseverancia en el camino, para alcanzar la meta que hayamos escogido. En cualquier momento, una situación puede torcerse. Cuánta razón tiene el humorista Roy Atkinson cuando dice: “Voy a hacer un pronóstico: puede pasar cualquier cosa”.
Cualquier emprendedor debe sumar, entre sus herramientas fundamentales, la determinación, la creatividad, la visión y la comunicación.

El mundo está lleno de oportunidades, pero no todos saben llegar hasta el éxito. Como decía Martin Luther King, “da tu primer paso con fe, no es necesario que veas toda la escalera completa, sólo da tu primer paso».

www.IsmaelCala.com

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