Escuchar música puede ser saludable, lo indican las investigaciones.
Cuando se escucha un género musical favorito, el cuerpo produce endorfinas. A su vez, las endorfinas hacen que la persona se sienta bien.
Para producir esas endorfinas, los científicos recomiendan escuchar música clásica o una canción popular alegre, opuesto a escuchar rock pesado, el cual puede fomentar la depresión. Complementando la música con el ejercicio también puede aumentar las endorfinas provocando ejercicios más largos y más intensos.
En el área médica, la música se ha vuelto una herramienta popular de curación. Por ejemplo, debido a que la música está vinculada con aliviar dolor físico y emocional, muchos hospitales emplean terapeutas musicales para trabajar con pacientes de cáncer, víctimas de quemaduras y personas con enfermedades mentales. En localidades con pacientes de Alzheimer, la música se utiliza como una herramienta terapéutica para ayudar a los pacientes a recordar el pasado.
Además, los cirujanos están aprovechando los efectos tranquilizantes de la música escuchándola en el quirófano para ayudarlos a concentrarse. Los estudios han demostrado que la música incluso puede acelerar el proceso de recuperación, ya que los pacientes están relajados y enfocados en la música, en lugar de estarlo en su dolor.
“Algo bueno sobre la música, cuando te llega, no se siente dolor”, dijo el músico y compositor Bob Marley.
Music can ease physical pain, emotional stress, research suggests
Listening to music can be healthy, research suggests.
While listening to a favorite musical genre, the body produces endorphins. Endorphins, in turn, make a person feel good.
To produce those endorphins, scientists suggest listening to classical music or an upbeat popular song, as opposed to heavy metal, which can foster depression. Pairing music with exercise also can increase endorphins by prompting longer, more intense workouts.
In the medical arena, music has become a popular healing tool. For instance, because music is linked to easing physical and emotional pain, many hospitals employ music therapists to work with cancer patients, burn victims and people with mental illnesses. In Alzheimer’s facilities, music is used as a therapeutic tool to help patients remember the past.
Moreover, surgeons are taking advantage of music’s calming effects by listening to music in the operating room to help them concentrate. Studies have shown that music can even speed up the recovery process, as patients are relaxed and focused on the music, rather than their pain.
“One good thing about music,” musician and songwriter Bob Marley said, “when it hits you, you feel no pain.”