Después de casi dos meses bajo el gobierno de Trump, una cosa está clara: sus palabras y acciones rara vez se alinean en relación a la inmigración. Durante la campaña, prometió revocar la DACA en su primer día como Presidente. Afortunadamente, eso todavía no ha sucedido. Los planes para construir el muro están en marcha, pero su promesa de que México pague por el muro sigue siendo poco probable. Constantemente distorsiona las características de los inmigrantes y el valor que aportan a la sociedad. Es rápido para señalar los actos delictivos de los inmigrantes, haciendo referencia a la “integridad y la supremacía de la ley” de nuestro país, pero espera mucho tiempo para condenar un crimen de odio cometido contra un inmigrante en nuestra propia ciudad.
La última inconsistencia apareció en las noticias la semana pasada, cuando Trump insinuó a los periodistas que estaba abierto a un camino para la legalización de inmigrantes indocumentados. A medida que la esperanza se movía por todo el país, le dio la vuelta pocas horas después. Cuando se le dio la oportunidad de presentar la orden ejecutiva al Congreso y a la nación a través de un discurso televisado y no mencionó nada sobre la legalización. Al contrario, durante su discurso, reiteró su compromiso con la deportación masiva y culpó a los inmigrantes por delitos, salarios bajos y terrorismo. En particular, recalcó su definición de “inmigrantes criminales” que se extiende a las personas que ni siquiera han sido condenados por un crimen, pero “han cometido actos que podrían ser considerados parte de un delito”. Su único compromiso parece ser la desinformación. La moraleja de la historia es que este gobierno continúa hablando sin fundamentos sobre la inmigración. No creas en lo que dicen hasta que veas un acto que lo fundamente.
The Trouble with the New Administration
After nearly two months under the Trump Administration, one thing is clear: his words and actions rarely line up regarding Immigration. During the campaign, he promised to revoke DACA on his first day as President. Thankfully, that has not yet happened. Plans to build the wall are underway, yet his promise to have Mexico pay for the wall remains unlikely. He constantly misrepresents the characteristics of immigrants and the value they add to society. He is quick to point to criminal acts of immigrants, espousing the “integrity and rule of law” of our country, but waits painstakingly long to decry a hate crime committed against an immigrant in our own city.
The latest inconsistency hit the news last week when Trump implied to reporters that he was open to a path for legalization to currently undocumented immigrants. As hope stirred across the country, he again pivoted only hours later. When given the prime opportunity to present the directive to Congress and the nation through a televised speech, he said nothing about legalization. Rather, during his speech, he reiterated his commitment to mass deportation and blamed immigrants for crime, low wages and terrorism. Notably, his definition of “criminal immigrants” extends to people who haven’t even been convicted of a crime, but “have committed acts which constitute a chargeable criminal offense.” His only commitment appears to be to misinformation. The moral of the story is, this administration continues to waffle on immigration. Do not believe the words until you see corresponding action.