Divulgando la cultura en dos idiómas.

Columna Jorge Ramos: Life Without Trump

Though I haven’t done the math, I’m pretty sure that “Trump” is one of the words I’ve repeated most often in my columns and on television over the last two years.
Of course, there are many reasons for this. Donald Trump has upended global politics. His racist, sexist, xenophobic, anti-immigrant, anti-environmental ideas are a threat to democracy, to freedom of speech and to the very future of the planet. But while so many of our recent discussions about news and politics often end up being about the president, it’s quite possible to live without Trump.
Consider the in-your-face reaction of Emmanuel Macron, the newly elected president of France, after Trump announced last week that the U.S. would withdraw from the Paris accord on climate change. Macron invited American scientists and engineers to move to France to continue their climate change efforts. “There is no Plan B on climate because there is no planet B,” Macron said. Au revoir, Trump!
Trump characterized his decision to withdraw from the climate agreement as a patriotic gesture in the interest of the U.S. economy. But the whole episode was yet another sign of his ignorance. Let’s not forget that in 2012 he tweeted: “The concept of global warming was created by and for the Chinese in order to make U.S. manufacturing noncompetitive.”
Indeed, Trump is what happens when ignorance and power converge. While more than 190 countries honor the Paris accord, Trump’s rejectionism now puts the U.S. in the company of non-signers Nicaragua and Syria.
We also recently learned that Trump isn’t a reliable partner on defense, either. Given Trump’s wavering at the recent NATO summit in Brussels, the question arises: If Vladimir Putin’s Russia ever attacked a NATO country, whose side would the president of the United States be on? The answer used to be obvious; these days it’s not.
Angela Merkel, the German chancellor, didn’t hide her disappointment in Trump’s attitude toward the alliance. “The times in which we could rely fully on others are somewhat over,” she said. “We have to know that we must fight for our future on our own.”
Merkel and Macron’s calculations come down to this: If Trump is unwilling to defend his closest allies, why stick with him? Better to go it alone than with bad company.
We could be witnessing the birth of a new international order without the United States in a leadership role. And as the U.S. ceases to be the world’s most influential nation, will Mexico and the rest of Latin America follow Germany’s and France’s examples of independence and dignity? Standing up to the U.S. might hurt, but it can be done.
Merkel and Macron can manage without Trump. But Fatima Avelica’s future is hostage to the president and his policies.
Fatima, 14, told me recently in an interview that immigration authorities arrested her father moments before he dropped her off at school in Los Angeles. “He’s not a criminal; he’s just a dad,” she said. Fatima recorded everything on her phone, and the video went viral (watch it here: bit.ly/2rfxorf).
Fatima and her three sisters, all American citizens, are now living in deep uncertainty. Their father, Romulo, was arrested in late February and is facing deportation. Meanwhile, the family has been left without a primary source of income.
Other children across the country fear the same fate as Fatima. About 4.5 million minors in the U.S. have at least one undocumented parent. These children can’t separate their lives from Trump and his anti-immigrant rhetoric.
What’s increasingly evident and worrisome is Trump’s isolation. This is a man who, just after midnight last Wednesday, posted that mysterious tweet ending with the word “covfefe.” It was a typo, surely. But nobody was there to correct the president, and it took six hours before the tweet was deleted. This is also a man who wants to withdraw from treaties that would at least set a baseline for a stable and safe future for our children’s children’s children.
But Trump, like a regular schoolyard bully, cares about no one but himself.
Trump’s recent actions remind me of a devastating line from “The Autumn of the Patriarch” by Gabriel Garcia Marquez: “He can’t handle his power; he rules in his sleep.”
(Jorge Ramos, an Emmy Award-winning journalist, is a news anchor on Univision. Originally from Mexico and now based in Florida, Ramos is the author of several best-selling books. His latest is “Take a Stand: Lessons From Rebels.” Email him at jorge.ramos@nytimes.com.)


La Vida Sin Trump

No he hecho la cuenta, pero estoy seguro que una de las palabras que más he repetido en mis columnas y en los noticieros durante los últimos dos años es “Trump”.
Por supuesto, sobran las razones. Se trata de una de las personas que más ha trastornado la política mundial en décadas. Sus ideas racistas, sexistas, xenofóbicas, antiinmigrantes y contra el medio ambiente son peligrosas para la democracia, para la libertad de expresión y para el futuro del planeta. Sin embargo, se puede vivir sin Donald Trump.
Tras el anuncio de Trump de retirar a Estados Unidos del tratado de París, el nuevo presidente frances, Emmanuel Macron, retó a científicos e ingenieros estadounidenses a irse a Francia para, desde ahí, luchar contra el cambio climático. “En el clima no hay Plan B porque no hay planeta B”, añadió Macron. Au revoir, Trump.
Lo que Trump presentó como la gran decisión de un patriota es, en realidad, una gigantesca muestra de ignorancia. Miren lo que tuiteó en el 2012: “El concepto de calentamiento global fue creado por los chinos para afectar la competitividad de Estados Unidos”. Trump es lo que pasa cuando la ignorancia llega al poder.
Trump tampoco es un socio confiable en defensa. ¿A quién defendería Trump si la Rusia de Vladimir Putin atacara a alguno de los otros 27 miembros de la OTAN? La respuesta ya no es tan clara como antes.
Angela Merkel, la canciller alemana, anunció así el divorcio con Estados Unidos de Trump después de la reunión de la OTAN en Bruselas. “Los tiempos en que podíamos depender uno de otro, se acabaron”, dijo con enorme pragmatismo. “Tenemos que saber que nos toca a nosotros defender nuestro propio futuro”.
Por eso el cálculo de Merkel y Macron es correcto. Si Trump ya no te quiere defender y está dispuesto a que se queme la casa, ¿para qué quedarse con él? Mejor solos que mal acompañados. Este podría ser el nacimiento de un nuevo orden internacional sin el liderazgo de Estados Unidos. Trump, con un discurso, se puso del lado de Siria y Nicaragua y en contra de 194 países que sí creen que el calentamiento global es real y un peligro para la tierra.
Estados Unidos está dejando de ser la nación más influyente. ¿Aprenderá México y América Latina de la lección  de independencia y dignidad que nos están dando los alemanes y franceses? Dolería pero se puede.
Merkel y Macron sí pueden vivir sin Trump. Pero Fátima Avélica no — su vida ha sido destrozada por él.
Fátima, de sólo 14 años, me contó cómo agentes de inmigración detuvieron a su padre momentos antes que la dejara en su escuela en Los Ángeles. “El no es un criminal, es sólo un papá”, me dijo. Fátima lo grabó todo en su celular y el video se hizo viral. (Aquí está: bit.ly/2rfxorf )
Pero la vida de Fátima y de sus tres hermanas, todas ciudadanas estadounidenses, es un nudo. Su papá, Rómulo, está arrestado desde el 28 de febrero y enfrenta una posible deportación; la familia se ha quedado sin su ingreso principal.
Otros niños temen correr la misma suerte que Fátima. En Estados Unidos hay 4 millones y medio de menores de edad que tienen, al menos, un padre o una madre sin papeles.
Hay personas como Fátima que no pueden separar su vida de Trump. Desearían alejarse del hombre que, en una medianoche reciente, sacó un misterioso tuit con una palabra incomprensible: “covfefe”. No se rompan la cabeza tratando de entenderlo. Fue seguramente un error de dedo. Pero lo grave es que nadie le pudo decir a Trump que no lo escribiera, y el mandatario se tardó seis horas en retirarlo de Twitter. El aislamiento de Trump es patente y preocupante.
Él mismo Presidente que tuitea irresponsablemente en horas en que la mayoría de los mortales duermen es el que acaba de sacar a Estados Unidos del único tratado que intenta asegurar que los hijos de los hijos de nuestros hijos puedan vivir en un lugar más o menos estable y seguro. Pero a Trump, como un bully en recreo, no le importa nada más que él.
Trump me recuerda tanto una frase fulminante del escritor Gabriel García Márquez en su novela “El Otoño del Patriarca”: “Mírenlo que ya no puede con su poder, que está gobernando dormido”.

(Jorge Ramos, periodista ganador del Emmy, es el principal director de noticias de Univision Network. Ramos, nacido en México, es autor de nueve libros de grandes ventas, el más reciente de los cuales es “A Country for All: An Immigrant Manifesto”.)
(¿Tiene algún comentario o pregunta para Jorge Ramos? Envié un correo electrónico a Jorge.Ramos@nytimes.com. Por favor incluya su nombre, ciudad y país.)

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