Divulgando la cultura en dos idiómas.

Paying tribute to mothers’ legacy

On Labor Day, the Argentine community in Kansas City, Kan. gathered to mourn and celebrate the life of a woman who knew the value of hard work and instilled it in her seven children. Mourners paid their respects at a visitation on Sept. 4 for Amalia Fernández Murguía. The matriarch of the well-known Murguía family died Aug. 25 at age 93. But in life she cast a long shadow, indelibly fixed on future generations.
Amalia lives on in her children, grandchildren and great-grandchild, vivifying the wondrous power of mothers — “God’s secret weapon,” wrote author Mary Bell.
Such was the character of Amalia Murguía, vouchsafe those who knew her best – her children. Amalia lived her faith and believed in the power of education. “She endowed her children, grandchildren and all who knew her with the eloquent, wordless message that a life of integrity, selflessness, joy, diligent work and caring relationships makes the world a better place,” read the elegiac sentiments of Amalia’s family.
Bell wrote, “Motherhood is a power as real as light.”
The premise is inarguable considering Amalia and mothers throughout history who have inspired their offspring to make the world a better, more peaceful place by means both humble and grand.
At her investiture ceremony in 2001, federal trial court Judge Mary H. Murguía was quoted by the Phoenix Business Journal.
“I’m proud of my family,” Murguía said. “But our parents are primarily responsible for what we’ve been able to do, and it’s because of some very basic principles: God, neighborhood, family and an appreciation for what we have in this country.”
Mary, who was elevated in 2011 to the U.S. 9th Circuit Court of Appeals is one of Amalia’s four daughters. Mary and her brother, Carlos, a U.S. District Court judge in Kansas City, Kan. were the first sister and brother to serve on the federal bench. Mary’s twin sister, Janet Murguía is president of UnidosUS, a national Hispanic civil rights and advocacy group formerly known as the National Council of La Raza or NCLR. Janet is a former executive vice chancellor for university relations at the University of Kansas.
Their older sister, Martha Hernandez dedicated over 30 years to Crown Center Culinary Concepts. And Alfred Jr., the first to attend college coached and mentored his younger siblings. Alfred was a longtime fixture in catering at the Westin Crown Center. A younger brother, Ramón is an attorney with the Watson & Dameron law firm. He serves as a trustee for the W.K. Kellogg Foundation and has served on several other nonprofit and corporate executive boards. Rosemary, the second eldest Murguía sibling helped care for her younger siblings in her youth and later gave up her job to help care for her aging parents.
Amalia’s family is forwarding her gift of education to others. In lieu of flowers, they requested donations be made to the Alfred and Amalia Scholarship at the Greater Kansas City Hispanic Development Fund.
It speaks eloquently to Amalia’s legacy and to the legacy of all mothers whose magnificent power it is to transform the world one child, one family at a time.

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Pagando tributo al legado de las madres

En el Día del Trabajo, la comunidad del vecindario Argentine en Kansas City, Kansas se reunió para lamentar el fallecimiento y celebrar la vida de una mujer que sabía el valor que tiene el trabajo arduo el cual lo inculcó en sus siete hijos. Los dolientes mostraron su respeto el 4 de septiembre para la Sra. Amalia Fernández Murguía. La matriarca de la conocida familia Murguía falleció el 25 de agosto a la edad de 93 años. Pero en vida ella derramó una larga protección, indeleblemente fijada en futuras generaciones.
La Sra. Amalia vive a través de sus hijos, nietos y bisnieto, reviviendo el poder maravilloso de las madres –»el arma secreta de Dios» escribió la autora Mary Bell.
Tal fue el carácter de la señora Amalia Murguía, garantizan quienes la conocían mejor — sus hijos. La Sra. Amalia vivió su fe y creía en el poder de la educación. «Ella dotó a sus hijos, nietos y a todos los que la conocían con su mensaje elocuente, sin palabras de que una vida de integridad, generosidad, alegría, trabajo diligente y relaciones amables hacen al mundo un lugar mejor», leían los sentimientos elegíacos de la familia de la señora Amalia..
Bell escribió, «la maternidad es un poder tan real como la luz».
La premisa es indiscutible considerando que la señora Amalia y las madres a través de la historia que han inspirado a sus descendientes para hacer del mundo un lugar mejor y más pacífico con medios que son humildes y grandiosos. En su ceremonia de investidura en el 2001, la jueza del tribunal Federal Mary H. Murguía fue citada por Phoenix Business Journal.
“Estoy orgullosa de mi familia. Pero nuestros padres son los principales responsables de lo que hemos podido hacer, y es debido a unos principios muy básicos: Dios, vecindario, familia y un agradecimiento por lo que tenemos en este país”, dijo Murguía.
Mary, quien fue ascendida en el 2011 al Tribunal de Apelaciones del Circuito 9º de Estados Unidos es una de las cuatro hijas de la señora Amalia. Mary y su hermano Carlos, juez del Tribunal de Distrito en Kansas City, Kansas, fueron el primer hermano y hermana en dar servicio en un escaño federal. La hermana gemela de Mary, Janet Murguía es presidenta de UnidosUS, un grupo hispano nacional de defensa y derechos civiles anteriormente conocido como Consejo Nacional de la Raza o NCLR. Janet es ex vicecanciller ejecutiva para relaciones universitarias en la Universidad de Kansas.
Su hermana mayor, Marta Hernández dedicó más de 30 años a Crown Center Culinary Concepts. Y Alfred Jr, fue el primero en asistir a la universidad, entrenó y asesoró a sus hermanos menores. Alfred fue una parte integrante en atender al Westin Crown Center. Un hermano menor, Ramón es abogado con la compañía jurídica Watson & Dameron. Él colabora como fideicomisario para W.K. Kellogg Foundation y ha colaborado en diferentes organizaciones no lucrativas y directivas ejecutivas corporativas. Rosemary, la segunda hermana mayor de Murguía ayudó a cuidar a sus hermanos menores en su juventud y más tarde renunció a su trabajo para ayudar a cuidar de sus padres de edad avanzada.
La familia de la señora Amalia es dar su regalo de educación a otros. En lugar de flores, ellos solicitaron que se hicieran donativos a la Beca Alfred y Amalia en el Fondo de Desarrollo Hispano de Kansas City, lo cual habla elocuentemente del legado de la señora Amalia y del legado de todas las madres cuyo poder grandioso es transformar el mundo de un niño, una familia a la vez.

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