The majority of households worldwide are maintained by a woman in the economic and emotional aspects. We achieved women’s liberation, but we forgot to push men to do the men’s liberation and in the middle we got stuck: freed, ready, but with excessive work, tension and anxiety disorders.
We make good money but we get home and we are still the women who we “supposedly freed.” We have to cook, supervise our children’s homework, attend to the husband, clean and prep everything for the next day. Yet many men still pretend (after only watching TV while we do everything else) that we dance reggaeton in a horizontal position. To top it off, they don’t understand how we can be so tired!
Today, we know that these women in transition, or “super women,” are getting sick more often because they have little help and too much tension and responsibility over their shoulders. Besides that, they feel guilty for having to leave their kids alone to earn the daily bread, for never arriving on time to the kid’s swimming lesson because of the meeting that never ended, and for wanting to cover all the new roles they have without the help and understanding of their partner.
The man is lost and doesn’t know what to do with this new woman. Since he can’t control her, he hits her, shouts at her, abuses her psychologically and physically. Domestic violence has become very common. We have a new woman and an old, traditional man who is not clear about his role in this period. He was told he should be a good provider (although most forgot), good at impregnating his wife (which they remember perfectly), and a protector. The point is that there is no one to protect. Rather, he has to learn to protect himself from some women (in that, I cannot defend them because some women are like this).
Thus, the super woman can include single mothers (those who have children without being married or who are married, but are raising them alone), or married mothers who are overworked, full of responsibilities, with so many roles they feel overwhelmed and usually with little help from their partners. Technically, they are married, but in fact they are not. And of course, divorced mothers, since most of them are the only ones responsible for their children, both emotionally and financially.
The high rate of divorce and separation, the number of irresponsible parents and the double day of the woman lead us to worry because children, to be functional and emotionally healthy, need to have a good image of both parents. If this does not happen, the child will have difficulties to integrate into school, to choose a partner and even in their professional development. Children form their identity, their own “I”, “copying” dad and mom. If they can only “copy” one of them, they will actually be “crippled” like a table that is missing a leg.
Mujeres liberadas, pero agotadas
La mayoría de los hogares del mundo son mantenidos por una mujer en el aspecto económico y emocional. Logramos la liberación femenina pero se nos olvidó empujar a los hombres a que hicieran la masculina y en el medio nos hemos quedado, liberadas, preparadas, pero con exceso de trabajo, tensión y trastornos de ansiedad.
Ganamos buen dinero pero llegamos a casa y seguimos siendo la mujer que “dizque liberamos”. Tenemos que cocinar, supervisar las tareas de los hijos, atender al marido, limpiar, preparar todo para el otro día y aun muchos hombres pretenden (después de solo ver TV mientras nosotros hacemos TODO lo demás) que bailemos reggaetón en posición horizontal. Para rematar, ellos NO ENTIENDEN cómo podemos estar ¡tan cansadas!
Hoy sabemos que estas mujeres en transición o super mujeres, se están enfermando más porque tienen poca ayuda y demasiada tensión y responsabilidad sobre sus hombros. Además, sienten culpa por tener que dejar a sus hijos solos para ganarse el pan, por no llegar a tiempo a la clase de natación del niño por la reunión que no se acababa nunca, y por querer abarcar todos los roles nuevos que tiene, sin la comprensión y ayuda de su compañero.
El hombre se encuentra perdido, no sabe qué hacer con esta nueva mujer. Como no la puede controlar, le pega, le grita, la abusa psicológica y físicamente. La violencia doméstica se ha convertido en algo muy común. Tenemos una nueva mujer y un hombre antiguo, tradicional, que no tiene claro cuál es su papel en este momento. Total a él solo le dijeron que debía ser buen proveedor (aunque la mayoría lo olvidó), buen preñador (eso sí lo recuerdan perfectamente) y protector. El punto es que ya no hay a quien proteger. Mas bien, tiene que aprender a protegerse de algunas mujeres (en eso no las puedo defender porque de que las hay, las hay).
Así, la súper mujer puede abarcar a las madres solteras (aquellas que tienen hijos sea sin casarse o casadas, pero que los están criando solas) o madres casadas pero sobregiradas, llenas de responsabilidades, con tantos roles que las abruman y normalmente con poca ayuda de su pareja. Técnicamente están casadas, pero de hecho NO lo están. Y claro, madres divorciadas, ya que la mayoría son las únicas responsables con sus hijos, tanto emocional como económicamente.
El índice tan alto de divorcios y separaciones, la cantidad de padres irresponsables y la doble jornada de la mujer nos llevan a preocuparnos seriamente porque los niños, para ser funcionales y sanos emocionalmente, necesitan tener una buena imagen de ambos padres. De esto no ocurrir, el niño tendrá dificultades para integrarse a la escuela, para elegir pareja y en su desarrollo profesional. El niño forma su identidad, su propio ‘yo’, “copiando” a papá y a mamá. Si sólo puede “copiar” a uno de ellos, estará realmente “cojo” como una mesa a la que le falta una pata.
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