Commentary by Carey Juez-Perez, Licensed Clinical Social Worker
For decades, the media have portrayed mental health treatment as scary, intimidating and undesirable.
It’s no surprise, then, that only half of those with mental health disorders seek treatment, according to the National Alliance on Mental Health. Although there are numerous reasons that contribute to this staggering statistic, understanding the reality of treatment might help ease people’s fears and diminish the stigma of seeking treatment.
Typically, treatment involves medication and therapy. For example, one might see a psychiatrist to receive medications to manage the symptoms of mental illness. As with any other medication, there are side effects and some medications work better than others. Therefore, the psychiatrist might change the dosage or type of medication to successfully treat the symptoms. Ultimately, it’s the doctor’s goal for the patient to feel better with the least amount of medications and side effects, not to become a walking zombie.
Patients also might attend therapy sessions. A good therapist is a good listener who doesn’t judge or interrupt. The therapist also might help the patient develop strategies for specific issues, such as stress management, improving communication skills, navigating a career change, working through a divorce or improving parenting skills. Beyond talking, the therapist might use music, art or relaxation techniques to help clients express themselves and relax.
Finally, mental health treatment isn’t solely for severe mental health disorders. For example, a patient might attend therapy sessions to address a particular situation, such as coping with a death, managing parenthood or strengthening a relationship. Therapists are trained to work with a wide range of people and situations.
Understanding the reality of mental health treatment is one step toward overcoming the stigma associated with it. And hopefully, for some, it’s a step closer toward seeking treatment.
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La realidad del tratamiento de salud mental
Durante décadas, los medios de comunicación han propagado una imagen negativa en los tratamientos de salud mental. Y lo han categorizado con miedo, intimidante e indeseable.
No es ninguna sorpresa, entonces, que sólo la mitad de las personas con trastornos de salud mental buscan tratamiento, de acuerdo con la Alianza Nacional de Salud Mental. Aunque hay numerosas razones que contribuyen a esta asombrosa estadística, comprender la realidad del tratamiento podría ayudar a aliviar los temores de las personas y disminuir el estigma de buscar tratamiento.
Típicamente, el tratamiento implica la medicación y la terapia. Por ejemplo, uno podría ver a un psiquiatra para recibir medicamentos para controlar los síntomas de la enfermedad mental. Al igual que con cualquier otro medicamento, hay efectos secundarios y algunos medicamentos funcionan mejor que otros. Por lo tanto, el psiquiatra puede cambiar la dosis o el tipo de medicamento para tratar con éxito los síntomas. En última instancia, es el objetivo del médico que el paciente se sienta mejor con la menor cantidad de medicamentos y efectos secundarios.
Los pacientes también podrían asistir a sesiones de terapia. Un buen terapeuta es un buen oyente que no juzga ni interrumpe. El terapeuta también podría ayudar al paciente a desarrollar estrategias para problemas específicos, como el manejo del estrés, mejorar las habilidades de comunicación, navegar por un cambio de carrera, trabajar a través de un divorcio o mejorar las habilidades parentales. Además de hablar, el terapeuta puede usar técnicas de música, arte o relajación para ayudar a los clientes a expresarse y relajarse.
Por último, el tratamiento de la salud mental no es sólo para los trastornos graves de salud mental. Por ejemplo, un paciente puede asistir a sesiones de terapia para tratar una situación particular, como hacer frente a una muerte, manejar la paternidad o fortalecer una relación. Los terapeutas están capacitados para trabajar con una amplia gama de personas y situaciones.
Comprender la realidad del tratamiento de salud mental es un paso hacia la superación del estigma asociado con él. Y esperemos que, para algunos, sea un paso más hacia la búsqueda de tratamiento.