Defensores locales de la inmigración pasaron recientemente una semana con aquellos que están retenidos en un Centro de Detención de la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE) en Artesia, N.M., como parte de un proyecto a largo plazo organizado por la Asociación Americana de Abogados de Inmigración para brindar a la ola de recién llegados una representación legal.
Jackie Saavedra, estudiante de leyes de la Universidad de Missouri-Kansas City que trabaja con la firma legal de Inmigración García, fue una de los defensores. Ella viajó con un grupo que incluía a la abogada de inmigración Ángela Ferguson y al hondureño Robert Sagastume; y comentó que su equipo dedicó turnos de 12 horas entrevistando a alrededor 200 mujeres, aproximadamente un tercio de la población femenina reclusa.
Con informes legales y síntesis que tuvieron lugar al final de la noche, ella comentó que terminaron trabajando días de alrededor de 20 horas. Las circunstancias dictaban que se movieran agresivamente para tantos inmigrantes como fuera posible; los detenidos suficientemente afortunados de obtener una fianza para su liberación tienen hasta dos años para presentar una petición de asilo ante un juez.
Pero en el interior del centro, un mes es todo. Y debido a que la mayoría de los reclusos no son conscientes de que tienen derecho a una representación legal, algunos nunca se reunirán con un abogado, indicó.
“Todo el mundo ahí tenía una agenda para deportar”, señaló Saavedra, agregando que el personal de ICE dentro del centro de detención era o inútil u obstructivo, por ejemplo, dando al equipo legal espacios inadecuados para trabajar y restringiendo el acceso de los internos a los clientes.
Así que tuvieron que ser creativos, señaló.
Por ejemplo, al equipo no se le permitía reunirse con los inmigrantes a menos que ellos fueran requeridos explícitamente, pero no había medios para que una de las partes llegara a la otra. Para darle la vuelta a eso, Saavedra informó que ella empezó a pedir a los clientes que llevaran notas de los reclusos buscando representación legal, una forma improvisada de recoger solicitudes viables y clientes.
“Estaba claro que ICE y (la) Patrulla Fronteriza nunca estuvieron listos para esto (ola de inmigrantes)”, dijo.
Sagastume informó que la gente que está detenida en la instalación del estilo de la de bahía de Guantánamo no había sido informada de cómo podría desarrollarse su proceso legal. Y lo que es más, su grupo observó que faltaban las necesidades básicas, así como tuvieron la serie de grupos activistas y miembros de los medios de comunicación que han visitado. Vio que los funcionarios de ICE observados interactuaban con los inmigrantes con lenguaje degradante, haciendo comentarios en inglés que los detenidos no entendían.
Sagastume describió a muchos inmigrantes que conoció como cansados, enfermos y desmoralizados.
“Es simplemente horrible”, refirió, añadiendo que una de las razones principales por las que fue a la instalación era mostrar a los inmigrantes que la severidad de sus circunstancias no iban a pasar desapercibidas.
“En el momento en que ellos me oían hablar en español, podría simplemente decir que se sentían en casa”, refirió. “Una de las señoras, la cual recuerdo con los ojos acuosos, dijo ‘Gracias por venir aquí y darnos esperanza’ ”.
Fue un momento brillante entre los testimonios que Sagastume y su grupo escucharon sobre los guardias limitando el agua, haciendo que los reclusos realizaran trabajos de limpieza y reteniendo la atención médica para los inmigrantes enfermos.
Aunque a él y a su grupo les permitieron acceso limitado a la instalación, él se enteró que la comida que está siendo donada está siendo tirada y que la ropa que se envía está siendo almacenada lejos de los inmigrantes.
“Fue increíble ver a la comunidad de Kansas City hacerse patente con estas donaciones. Pero la realidad es que lo que realmente necesitan es ayuda legal. La situación es sencillamente injusta”, concluyó.
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KC group fights for immigrants’ due process
By Jesus Lopez-Gomez
Local immigration advocates recently spent a week with those held in an Immigration and Customs Enforcement (ICE) detention center in Artesia, N.M., as part of a long-term project organized by the American Immigration Lawyer Association to provide the recent surge of arrivals with legal representation.
Jackie Saavedra, a University of Missouri-Kansas City law student who works with the Garcia Immigration Law Firm, was one of those advocates. Saavedra, who traveled with a group that included immigration lawyer Angela Ferguson and Honduran native Robert Sagastume, said her team pulled 12-hour shifts interviewing about 200 women, roughly a third of the female inmate population.
With legal briefs and syntheses that took place at the close of each night, Saavedra said they ended up working close to 20-hour days. Circumstances dictated that they move aggressively for as many immigrants as possible; detainees fortunate enough to get a bond for their release have up two to years for present an asylum request before a judge.
But inside the center, one month is all. And because most of the inmates are unaware they’re entitled to legal representation, some will never meet with a lawyer, she said.
“Everyone there had an agenda to deport,” Saavedra said, adding that the ICE staff inside the detention center was either unhelpful or obstructive by, for example, giving the legal team inadequate spaces to work from and restricting inmates’ access to the clients.
So they got creative, Saavedra said.
For instance, the team wasn’t allowed to meet with the immigrants unless they were requested explicitly, but there was no means for one party to reach out to another. To work around that, Saavedra said she began asking clients to bring in notes from inmates seeking legal representation, a makeshift way of collecting actionable requests and clients.
“It’s clear ICE and (the) Border Patrol were never ready for this (surge in immigrants),” she said.
Sagastume said the people who were detained in the Guantanamo Bay-like facility hadn’t been informed of how their legal process would play out. What’s more, his group observed that basic necessities were missing, as have a battery of activist groups and members of news media that have visited. He observed the ICE officials observed engaging with the immigrants in degrading language, making remarks in English the detainees wouldn’t understand.
Sagastume described many of the immigrants he met as tired, sick and demoralized.
“It’s just awful,” Sagastume said, adding that a big reason why he went to the facility was to show the immigrants that the severity of their circumstances wasn’t going unappreciated.
“The minute they heard me speaking Spanish, I could just tell they felt home,” he said. “One of the ladies, I remember her eyes getting watery. She said, ‘Thank you for coming down here and giving us hope.’ ”
It was a bright moment among the testimonies Sagastume and his group heard about guards limiting water, making inmates perform janitorial work and withholding medical attention for sick immigrants.
Although Sagastume and his group were allowed limited access to the facility, he learned the food being donated to it is being thrown away and the clothing sent to it is being stockpiled away from the immigrants.
“It was amazing to see the Kansas City community come through with these donations,” he said. “But the reality is what they really need is legal aid. The situation is just unfair.”