Cada mes invertimos más de un día frente a la pantalla del celular. Más de 37 horas y 28 minutos, según un estudio de la consultora Nielsen. La cifra asusta, pues no somos conscientes de la gran dependencia que produce. Yo mismo dedico bastante tiempo a las redes sociales y al email a través del móvil. Y eso, sin contar los «instantes muertos» en que permanezco absorto en la pantalla.
Como decía el escritor Eduardo Galeano, “el automóvil, el televisor, el vídeo, la computadora personal, el teléfono celular y demás contraseñas de la felicidad, máquinas nacidas para ‘ganar tiempo’ o para ‘pasar el tiempo’, se apoderan del tiempo”.
Muchas veces, la vida pasa a nuestro lado sin que le prestemos atención. Es cierto que las nuevas tecnologías han supuesto un gran avance, pues nos ponen en contacto con nuestros seres queridos, nos ayudan a movernos más rápidamente y contribuyen al bienestar, entre otros beneficios. Sin embargo, el error radica en invertir en aparatos electrónicos las horas adicionales que la tecnología nos regala, olvidándonos de cultivar el espíritu.
Los seres humanos debemos ir más allá del cuerpo, del sentido material de la vida. ¿Cómo? Yo mismo he aprendido a lo largo de los años que, a través de la constancia y del cambio de ciertos hábitos, podemos transformar nuestra existencia. Aquí tienes algunos tips:
Muestra gratitud cada día. Medita cada mañana, aunque sea por un pequeño tiempo. Da las gracias a la vida y ordena tus pensamientos para el resto del día. Serás más productivo.
Comunícate con los demás. No te sirvas exclusivamente de la pantalla. Para comunicarnos, en todos los sentidos, es necesario vernos las caras, escuchar lo que las palabras no son capaces de decir.
Conecta con la naturaleza. Desconecta tus audífonos por un momento, levanta la mirada del celular y contempla las maravillas de la tierra. La naturaleza es parte de nosotros.
Encuentra la calma interior entre el bullicio del trabajo, los estudios y el propio hogar. La paz te ayudará a mantener la mente libre de pensamientos tóxicos y a seguir centrado en el camino del bienestar.
Mantén el equilibrio cuerpo y mente a través de una alimentación sana y el ejercicio diario.
Sonríe a la vida. Eres el dueño de tus emociones, o deberías serlo. Elige la posición con la que quieres vivir y descubre el poder de la mente positiva.
La vida nos da la oportunidad de soñar en grande, cultivando la mente y el espíritu; pero ambos necesitan alimentos. Tú mismo puedes crear una receta para la felicidad. Sólo ten en cuenta lo que dice Jane Goodall, “la tecnología por sí sola no basta. También tenemos que poner el corazón”.
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