¿Eres de las personas que cuando tienen que tomar una decisión importante lo consultas con tu mejor amiga, tu mamá, un sicólogo, o hasta alguien que te lea la mano? Todo para que te ayuden a decidir qué debes hacer?. Y aún así, no encuentras un: “¡Ajá, esta es la solución!”.
Si no consigues una respuesta es porque quién sabe lo que te conviene, mejor que nadie, es tu instinto, conocido como tu sexto sentido que te murmura lo que debes hacer y qué decisión tomar. Pero no escuchas y buscas respuestas en otros lados.
El ser humano tiene seis sentidos, no obstante, únicamente cinco están científicamente reconocidos: vista, audición, olfato, tacto, y gusto. El sexto, la intuición, es un mecanismo de defensa que Dios te dio para cuidarte. Los animales también lo poseen. Cuando ocurre un maremoto, muchos se salvan porque antes de llegar la ola, escapan hacia terrenos elevados. Así como los animales escuchan su instinto, nosotros debemos oírlo.
Por cada decisión que vayas a tomar, existe sólo una opción correcta. Por ejemplo, si contemplas la decisión de quedarte o no en una relación, mudarte o no a otra ciudad o aceptar o no una oferta de empleo, para cada una de estas situaciones sólo hay una decisión que te conviene.
Entonces, ¿Qué hacer?
1. No busques respuestas en otros. Toma tiempo a solas para meditar: relájate, respira profundamente, cierra los ojos y pregúntate qué sucedería al escoger cada una de tus opciones.
2. Presta atención a las sensaciones de tu cuerpo. Aquella opción que te de inquietud e incomodidad, significa que tu instinto te está indicando otro camino. Por el contrario, la decisión que te haga sentir relajada y en paz, es la correcta.
3. Antes de seguir los pasos 1 y 2, recomiendo que dejes a un lado tus miedos. Imagina que eres fuerte y valiente; de esta forma tus temores no podrán confundirte.
De ahora en adelante, para buscar la solución, ¡presta atención a tu intuición!