By Hallie Levine, AARP
A new study shows how less than 6 hours can raise heart attack, stroke and cancer risk
For years, we’ve been told getting enough sleep will help us stay healthy, sharper and more positive in our outlook. Now, new research suggests it may be a matter of life and death for one group: middle-aged adults with high blood pressure, type 2 diabetes or heart disease.
Folks with any of these health problems who clocked less than six hours a night had twice the risk of dying from heart disease or stroke over three decades compared with those who got more than six hours. Short-sleepers who already had a history of heart disease or stroke fared even worse: They had nearly three times the increased risk of dying from cancer.
“Getting enough sleep is important for everybody, obviously, but it’s particularly important for those who already have heart disease or diabetes,” says lead study author Julio Fernandez-Mendoza, associate professor at Penn State College of Medicine and a sleep psychologist at Penn State Health Milton S. Hershey Medical Center.
What the study found
The study looked at more than 1,600 adults between the ages of 20 and 74, with a median age of 47, who were divided into three groups: those with stage 2 high blood pressure (blood pressure over 140/90) or type 2 diabetes, those who already had heart disease or had had a stroke, and those without any of these conditions. Patients were studied in a sleep lab for one night between 1991 and 1998, then tracked through 2016. During that time period, there were 512 deaths, a third from heart disease or stroke and a quarter from cancer.
Why the link to cancer in particular? “We know people who don’t have enough sleep have higher rates of inflammation in their body, which may in turn spur the growth of cancerous cells,” he explains. It may also worsen inflammation that already exists among people with high blood pressure, heart disease or type 2 diabetes.
Unlike those with risk factors for cardiovascular disease, however, otherwise healthy short sleepers didn’t appear to have an increased risk of developing and dying from cancer, heart disease or a stroke. As Fernandez-Mendoza notes, “These people may just be naturally short sleepers.”
That said, other recent studies have found a link between short sleep and risk of heart disease even among those with no risk factors. A U.K. study published last month in the Journal of the American College of Cardiology, for example, examined the sleep habits of over 400,000 people between the ages of 40 and 69 and found that sleeping less than six hours a night raised the risk of a first heart attack by 20 percent compared with those who clocked between six and nine hours. “We also know that lack of sleep as well as poor quality sleep is linked to greater amounts of beta amyloid and tau proteins in the brain, which raises risk of Alzheimer’s,” explains Michael Breus, a Los Angeles sleep specialist and author of The Sleep Doctor’s Diet Plan.
Más sueño puede ser fundamental para las personas con hipertensión y diabetes
En un nuevo estudio, se muestra cómo dormir menos de seis horas puede aumentar el riesgo de infarto, derrame cerebral y cáncer.
Por años se nos ha dicho que dormir suficiente nos ayudará a mantenernos sanos, lúcidos y con una perspectiva más positiva. Actualmente, hay nuevas investigaciones en las que se sugiere que puede ser una cuestión de vida o muerte para un grupo: los adultos de mediana edad con hipertensión, diabetes tipo 2 o enfermedades cardíacas.
Las personas con alguna de estas enfermedades que dormían menos de seis horas por noche tuvieron el doble de probabilidades de morir a causa de enfermedades cardíacas o derrame cerebral en 30 años, en comparación con aquellas que dormían más de seis horas. A las personas que dormían menos y que tenían antecedentes de enfermedades cardíacas o de derrame cerebral, les fue mucho peor: tuvieron aproximadamente tres veces más probabilidades de morir de cáncer.
“Es importante para todos dormir lo suficiente, por supuesto, pero es particularmente importante para aquellas personas con enfermedades cardíacas o diabetes”, indica Julio Fernández-Mendoza, autor principal del estudio y profesor asociado de la Facultad de Medicina de Penn State y psicólogo del sueño de Penn State Health Milton S. Hershey Medical Center.
Lo que se encontró en el estudio
En el estudio (en inglés) se analizó a más de 1,600 adultos de entre 20 y 74 años, con una edad promedio de 47 años, los cuales se dividieron en tres grupos: personas con hipertensión en estadio 2 (presión arterial sobre 140/90) o diabetes tipo 2, personas que ya presentaban enfermedades cardíacas o que habían tenido un derrame cerebral, y personas sin ninguno de estos trastornos. Los pacientes se estudiaron en un laboratorio de sueño por una noche entre 1991 y 1998, luego se les dio seguimiento hasta el 2016. Durante ese período, hubo 512 muertes, un tercio a causa de enfermedades cardíacas o derrame cerebral, y un cuarto a causa de cáncer.
¿Por qué la relación con el cáncer en particular? “Sabemos que las personas que no duermen lo suficiente tienen tasas más altas de inflamación en el cuerpo, lo que a su vez puede estimular la proliferación de células cancerosas”, explica. También puede empeorar la inflamación existente en las personas con hipertensión, enfermedades cardíacas o diabetes tipo 2.
Sin embargo, a diferencia de las personas con factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, las personas sanas que dormían poco no parecieron tener mayor riesgo de desarrollar cáncer, enfermedades cardíacas o derrame cerebral, o de morir a causa de estos. Como indica Fernández-Mendoza, “puede que estas personas duerman poco por naturaleza”.
Dicho esto, en otros estudios recientes, se encontró un vínculo entre dormir poco y el riesgo de enfermedades cardíacas, incluso en las personas sin factores de riesgo. Por ejemplo, en un estudio del Reino Unido (en inglés) publicado en Journal of the American College of Cardiology, se examinaron los hábitos de sueño de más de 400,000 personas de entre 40 y 69 años, y se encontró que dormir menos de seis horas por noche aumentó un 20% las probabilidades de un primer infarto, en comparación con las personas que dormían de 6 a 9 horas. “También sabemos que tanto la falta como la mala calidad de sueño están relacionadas con cantidades más elevadas de proteínas beta amiloides y tau en el cerebro, lo que aumenta el riesgo de Alzheimer”, explica el Dr. Michael Breus, especialista del sueño de Los Ángeles y autor de The Sleep Doctor’s Diet Plan.