Siempre quiso ser doctora
Cuando tenía 12 años, el abuelo de Romina Barral, Raúl le dio un regalo glorioso. Validó sus aspiraciones médicas. Un día, en el trayecto a la escuela, ella le preguntó qué debería ser. Cualquier cosa que te haga feliz, le contestó. Ella quería ser una doctora, reveló Romina. ¿Estaría bien eso? Por supuesto, le respondió. Ésa había siempre su ambición, pero Raúl fue la primera persona a la que ella le dijo.
“Fue una parte tan grande de mí”, dijo. “Yo sabía que no había nada más que me encantaría más que ser doctora”.
Ella está acreditada en medicina pediátrica y del adolescente; y profesora asistente de Pediatría en la Universidad de Missouri-Kansas City.
Ella trata a pacientes en la Clínica de Adolescentes del hospital Children’s Mercy; y con la Dra. Paula Cupertino, está encabezando la iniciativa de Juntos para reducir el embarazo entre adolescentes latinas en la zona rural de Kansas. Cupertino dirige el Centro Juntos para el Avance de la Salud Latina en el Centro Médico de la Universidad de Kansas.
El horario de trabajo de Romina se distribuye equitativamente entre la clínica y la investigación. Los esfuerzos de prevención del embarazo adolescente regularmente la llevan a comunidades en el oeste de Kansas donde se reúne con autoridades locales de salud y líderes comunitarios, realiza encuestas y da charlas a adolescentes. Juntos está investigando con las comunidades las razones detrás de sus altas tasas de embarazos adolescentes.
Para Romina, una de las partes más satisfactorias, pero conmovedoramente provocativas de sus viajes y temporadas clínicas son las sesiones con los adolescentes comúnmente en problemas. Ella se acerca a ellos con comprensión y compasión, viéndolos como personas, no diagnósticos; y los escucha sin juzgarlos.
“Ellas tienen estas preguntas extraordinariamente despistadas sobre cómo quedaron embarazadas”, informó. “Es bueno poder aclarar cosas para ayudarlas a reducir los riesgos que están tomando”.
Casada por menos de un año, ella y su esposo Diego—un ingeniero civil de Colombia—esperan a su primer bebé para el 8 de abril. Ella está utilizando su propio embarazo para hablar sobre esto.
“Ahora se ha vuelto personal”, refirió.
Romina nació y se crió en Buenos Aires, Argentina, es la mayor de tres hijos. Estudió su idioma natal, el español, junto con inglés y alemán. Después de la Escuela de Medicina, buscando crearse un curriculum vitae más competitivo, solicitó una residencia fuera de su país.
Se graduó del programa de residencia en Pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal Wayne. Completó una pasantía en Medicina de Adolescentes en el Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh; en 2013, empezó a estudiar para obtener una maestría en Investigación Clínica en K.U.
Este mes, comienza a servir un término electivo de dos años como Presidenta de la División Medio-oeste de la Sociedad de Medicina y Salud de los Adolescentes. Desde 2004, se ha desempeñado como investigadora en jefe de dos proyectos de investigación y ha participado en otros tres. Ha publicado dos manuscritos en revistas científicas revisadas por colegas; escrito capítulos para dos textos médicos; y realizado 21 presentaciones científicas en Norteamérica.
Es miembro de la Sociedad Norteamericana de Medicina y Ginecología Adolescente y de la Academia Americana de Pediatría. En 2014 y 2008, fue honrada por Juntos y el Hospital Infantil de Michigan, por servicios sobresalientes y residente del año, respectivamente.
Cuando las cosas se ponen difíciles, pensar en su abuela Etelvina Nelida Amalia, la hace seguir adelante.
“Ella murió el 25 de febrero, a los 90 años, pero fue la persona más fuerte que yo haya conocido”, confesó. “Cuando pienso, ‘esto es demasiado para mí’ o ‘no puedo hacer esto’, la escucho diciéndome, ‘tienes que ser fuerte’. Mi abuelita siempre le dio un lugar muy importante en su vida a la familia y a los amigos. Todos la vamos a extrañar muchísimo, pero yo siento que ella está siempre conmigo”.
She always wanted to be a doctor
By Edie R. Lambert
When she was about 12, Romina Barral’s grandfather, Raul gave her a glorious gift. He validated her medical aspirations. On a drive to school one day, she asked Raul what she should be. Whatever makes you happy, he’d replied. She wanted to be a doctor, Barral disclosed. Would that would be OK? Of course, he’d replied. That had always been her ambition, but Raul was the first person she told.
“It was so much a part of me,” she said. “I knew there was nothing else I’d love more than being a doctor.”
Barral is board-certified in pediatrics and adolescent medicine, and assistant professor of pediatrics at the University of Missouri-Kansas City.
She treats patients at Children’s Mercy Hospital Teen Clinic, and with Dr. Paula Cupertino, she’s leading a Juntos initiative to reduce teen pregnancy in rural Kansas Latinas. Cupertino heads the Juntos Center for Advancing Latino Health at the University of Kansas Medical Center.
Barral’s working hours are distributed evenly between clinic and research. Teen pregnancy prevention efforts regularly take her to communities in western Kansas where she meets with local health authorities and community leaders, conducts surveys and talks to teens. Juntos is probing with communities the reasons behind their high teen pregnancy rates.
For Barral, one of the most satisfying, but touchingly provocative parts of her trips and clinic stints are the sessions with often-troubled teens. She approaches them with understanding and compassion, seeing them as persons, not diagnoses, and listens without judging.
“They have these extraordinarily clueless questions about how they get pregnant,” Barral said. “It’s good to be able to clarify things to help them reduce the risks they’re taking.”
Married for less than a year, Barral and her husband, Diego, a civil engineer from Colombia, are expecting their first baby April 8. She’s using her own pregnancy to talk about pregnancy.
“It’s become personal now,” she said.
Barral was born and raised in Buenos Aires, Argentina, the eldest of three children. She studied her native Spanish, along with English and German. After medical school, looking to make her curriculum vitae more competitive, Barral applied for a residency outside the country.
She’s a graduate of the pediatric residency program at Wayne State University School of Medicine. She completed an adolescent medicine fellowship at the University of Pittsburgh Medical Center; in 2013, she began studying for a master’s degree in clinical research at K.U.
This month, she begins serving a two-year elective term as president of the Midwest Chapter, Society for Adolescent Health and Medicine. Since 2004, she has served as chief investigator for two research projects and participated in three others. She’s published two manuscripts in peer-reviewed scholarly journals; written chapters for two medical texts; and made 21 scientific presentations in North America.
She’s a member of the North America Society of Adolescent Medicine and Gynecology and a fellow of the American Academy of Pediatrics. In 2014 and 2008, Barral was honored by Juntos and Children’s Hospital of Michigan, respectively, for outstanding service and resident of the year.
When the going gets tough, thinking of her grandmother, Etelvina Nelida Amalia keeps her going.
“She died on Feb. 25 at age 90, but she was the strongest person I ever met,” Barral said. “Whenever I think, ‘this is too much for me’ or ‘I can’t do this,’ I hear her saying, ‘you have to be strong.’ My granny always gave family and friends a very important place in her life. We all miss her very much, but I feel like she’s always with me.”