“El deseo del perezoso lo mata, porque sus manos rehúsan trabajar”
Proverbios 21:25
Queridos lectores: esta vez he querido hablar de un pecado y una actitud que se ha vuelto muy común en nuestra sociedad, y esta es la pereza, pues bien sabemos que nos encontramos frente al flagelo del dicho popular, “La pereza es la madre de todos los vicios y como madre se le respeta” pero si nos quedamos quietos, o mejor dicho estáticos, nos oxidamos, se nos entiesan los músculos y los huesos; debemos movernos para que nuestra vida sea fructífera.
Para esto daré unos ejemplos, el primero es un río vive lleno de vida, gracias a su movimiento, a sus caídas de agua, etc., el movimiento oxigena el agua, incluso las aguas residuales se liberan de toxicidades gracias a las caídas de las mismas; en principio, el agua que cae de las cascadas es pura; los choques del agua con las grandes piedras la hace saludable; un niño antes de caminar, gatea y en este ejercicio va midiendo los espacios, cuando da un mal movimiento y se cae en la escalera, entonces entiende que hay vacíos; un niño antes de nacer vive “feliz” moviéndose en el líquido amniótico que le ofrece la madre, en ambiente térmico le llega el oxígeno, cuando nace, lo primero que hace es llorar; claro le tocó respirar por sí solo, viene el primer choque, empieza él, a ser él mismo.
Alguien que es perezoso y no quiere hacer por su vida, no lograra grandes triunfos; los padres alcahuetas y las mamás “gallinas” que siempre abren las alas para “proteger” a sus polluelos, no dejarán volar por sí solos a sus hijos; les atrofian las alas. No hay personas más achacosas de carácter y más tiranas cuando tienen poder que aquellos que han tenido un hogar en los que no han desarrollado sus propias habilidades. Los niños mimados son los seres más desadaptados socialmente, suelen ser exigentes y malcriados. La disciplina forja hombres y mujeres batalladores, constructores de la historia y promotores del desarrollo social y económico. La holgazanería, la pereza son la madre de todos los vicios. Un pueblo de la cultura del “pan y circo” nunca saldrá del subdesarrollo físico y mental.
Una persona acostumbrada al “dolce far niente” (sweet doing nothing, es dulce hacer nada), es la persona más inútil del mundo, las responsabilidades las asume folclóricamente; exige el máximo con el mínimo de exigencias. Claro, camarón que se duerme, se lo lleva la corriente. Un estudiante vago y sinvergüenza puede pasar las asignaturas académicas con notas mediocres y de pronto, conquistándose a los profesores, pero cuando llegue al mercado laboral será desplazado al último lugar, a no ser que tenga las repugnantes palancas sociales, políticas o cualesquiera que sea el lugar y es designado por tales intereses, desmeritando a la empresa y dejando desastrosos resultados. El trabajo en el silencio sin grandes protagonismos como grandes científicos que han logrado aportarle a la ciencia grandes logros, siempre ensayando y cometiendo errores pero nunca viviendo a costa de otros como sanguijuelas, la pereza es combatida con un trabajo dedicado y con esfuerzo, porque lo que se amasa con sangre y sacrificio vale la pena.
Padre Andrés Moreno
Parroquia San Antonio
Kansas City Missouri