By Roberta Pardo
“If you don’t speak English, why are you here?”
A few weeks ago, Shawnee, Kansas, resident Carmen Sevilla heard that comment while at her own business. Sevilla, a naturalized citizen from Mexico, has lived here for decades and has owned a hair salon for more than 10 years.
The Saturday of the incident, Sevilla had her day booked with appointments. The client of another hair stylist had heard Sevilla’s expertise with hair straightening and wanted her to do her hair. But because Sevilla was booked, with the help of a translator, she told the client she could return in a few hours and, if Sevilla was done, she might be able to help the client, but there was no guarantee.
When the client returned, Sevilla was still working through her appointments. The client reportedly got mad, even after Sevilla had explained that she worked with appointments. The client asked to speak with the manager.
Sevilla is the manager.
Then, the client attacked Sevilla’s inability to speak English, especially as a business owner. Nobody but another client confronted the client. Sevilla took it silently, hearing insults and humilliations from the client.
Many immigrants have experienced similar hate incidents. In recent years, the situation has worsened – a situation often attributed to President Trump’s increasing anti-immigrant rhetoric.
Although the incident with Sevilla is not considered a hate crime, incidents can escalate to that level. The FBI defines a hate crime as “a committed criminal offense which is motivated, in whole or in part, by the offender’s bias(es) against race, religion, disability, sexual orientation, ethnicity, gender or gender identity.”
According to FBI hate crime data, 4,131 hate crime cases regarding race/ethnicity/ancestry were reported in 2017 – up from 3,489 in 2016.
But there are laws in place that protect against discrimination. In fact, both Kansas and Missouri have laws that prohibit discrimination on the basis of race, religion and ethnicity.
Still, through the years, Sevilla has experienced situations like the one she experienced a few weeks ago. Every time, it takes a toll on her confidence and sense of belonging.
“It makes you feel less than others,” Sevilla said. “You just have to pull yourself together and move forward.”
The Anti-Defamation League offers the following advice on how to respond to hate incidents or discrimination:
*During an in-person incident, the victim should not speak to or otherwise engage with the perpetrator: If possible, get away from the situation by moving to a location where people are around and visible.
*If you believe you are a victim of an in-person incident, immediately report the conduct to law enforcement: Even if the police cannot investigate the incident as a crime, a report can help the police collect evidence and be aware of possible perpetrators.
*Contact a civil rights organization for victim support and assistance: Some of the organizations might be able to help address incidents informally, particularly if the perpetrator is a neighbor or an acquaintance.
*Make complaints online when there is an online hate incident: Online hate incidents are growing. Although non-threatening, bigoted messages are not unlawful, many social media platforms have policies prohibiting hate speech and images. Making online complaints can get that content removed.
*If you are a Mexican national and are reluctant to contact the police for any reason, you also may report an incident of hate crime or discrimination to the Mexican Consulate.
Ataques de odio en Kansas City
“Si no hablas ingles, ¿por qué estás aquí?”
Hace unas semanas, la residente de Shawnee, Kansas, Carmen Sevilla, escuchó ese comentario mientras estaba en su negocio. Sevilla, una ciudadana naturalizada de México, ha vivido aquí por décadas y ha sido dueña de una peluquería durante más de 10 años.
El sábado del incidente, Sevilla tenía su día reservado con citas. El cliente de otro estilista había escuchado la experiencia de Sevilla con el alisado del cabello y quería que ella lo arreglara. Pero debido a que Sevilla estaba ocupada, con la ayuda de un traductor, le dijo al clienta que podía regresar en unas pocas horas y, si Sevilla había acabado, podría ayudar al cliente, pero no había garantía de que eso sucediera.
Cuando la clienta regresó, Sevilla todavía estaba trabajando en sus citas. Según los informes, la clienta se enojó, incluso después de que Sevilla le explicó que trabajaba con citas. La cliente pidió hablar con el gerente.
Sevilla es la gerente.
Entonces, la clienta atacó el hecho de que Sevilla no habla inglés, especialmente como una dueña de un negocio. Nadie más que otro cliente se enfrentó a la clienta. Sevilla lo tomó en silencio, aguantó insultos y humillaciones de parte de la clienta.
Muchos inmigrantes han experimentado incidentes de odio similares. En los últimos años, la situación ha empeorado, una situación a menudo atribuida a la creciente retórica antiinmigrante del presidente Trump.
Aunque el incidente con Sevilla no se considera un crimen de odio, los incidentes pueden escalar a ese nivel. El FBI define un delito de odio como “un delito penal cometido que está motivado, en todo o en parte, por los prejuicios del delincuente contra la raza, religión, discapacidad, orientación sexual, origen étnico, género o identidad de género”.
Según los datos de delitos de odio del FBI, se reportaron 4,131 casos de delitos de odio relacionados con raza/etnia/ascendencia en 2017, en comparación con 3,489 en 2016.
Pero existen leyes que protegen contra la discriminación. De hecho, Kansas y Missouri tienen leyes que prohíben la discriminación por raza, religión y etnia.
Aún así, a través de los años, Sevilla ha experimentado situaciones como la que experimentó hace unas semanas. Cada vez, afecta su confianza y sentido de pertenencia.
“Te hace sentir menos que otros”, dijo Sevilla. “Tienes que sacarlo y seguir adelante”.
La Liga Anti-Difamación ofrece los siguientes consejos sobre cómo responder a incidentes de odio o discriminación:
* Durante un incidente en persona, la víctima no debe hablar ni involucrarse con el perpetrador: si es posible, aléjese de la situación moviéndose a un lugar donde las personas estén cerca y sean visibles.
* Si cree que es víctima de un incidente en persona, informe de inmediato la conducta a las fuerzas del orden público: incluso si la policía no puede investigar el incidente como un delito, un informe puede ayudar a la policía a recopilar pruebas y estar al tanto de posibles perpetradores.
* Póngase en contacto con una organización de derechos civiles para obtener ayuda y asistencia a las víctimas: algunas de las organizaciones podrían ayudar a abordar los incidentes de manera informal, especialmente si el autor es un vecino o un conocido.
* Presente quejas en línea cuando haya un incidente de odio en línea: los incidentes de odio en línea están creciendo. Aunque los mensajes intolerantes y no amenazantes no son ilegales, muchas plataformas de redes sociales tienen políticas que prohíben el discurso y las imágenes de odio. Hacer quejas en línea puede eliminar ese contenido.
* Si es ciudadano mexicano y es reacio a comunicarse con la policía por cualquier motivo, también puede informar un incidente de delito de odio o discriminación al Consulado mexicano.