Divulgando la cultura en dos idiómas.

Una sociedad confusa elige a su Presidente

sociedad

Después de las elecciones presidenciales del 8 de noviembre, me tomó unos días antes de que mi mente estuviera lo suficientemente clara como para escribir de nuevo.
No sé si me encontraba en estado de negación. Pero de lo que estoy seguro es que estaba en estado de incredulidad.
El día de las elecciones ha pasado, pero la resaca de las elecciones ha durado más de lo normal. Tomando el té y no más en la incredulidad, finalmente puedo escribir mis pensamientos.
¿Qué significan los resultados de esta elección? Estos resultados demuestran el gran descontento entre los estadounidenses hacia el gobierno federal – y hacia el establecimiento de Washington, DC. Específicamente, muestra el descontento que se siente entre los blancos de las zonas rurales.
Los resultados muestran que el presidente electo Donald Trump fue más que un candidato. Trump representó el arma que la sociedad estadounidense eligió para atacar su sistema político roto – un sistema político que es odiado y rechazado por la mayoría de sus ciudadanos. Trump es simplemente la persona que aprovechó la situación.
Trump comprendió la frustración estadounidense. Y utilizó esta frustración para ejecutar su estrategia de utilizar la América rural y blanca para conquistar la presidencia. Su estrategia fue clara y exitosa: discursos llenos de odio, usando amenazas de violencia y palabras pequeñas y fáciles de entender. Y seguir repitiéndose a sí mismo.
América se confundió e interpretó insultos, amenazas de violencia, xenofobia, homofobia y racismo como signos de justicia, grandeza y liderazgo. Sus palabras fueron como miel a sus seguidores. ¿Qué tan confusa debe ser nuestra sociedad para ver justicia, grandeza y liderazgo en una persona llena de odio y resentimiento?
Con la esperanza de detener al establecimiento, América eligió a Trump como presidente, viéndolo como un político de fuera. Pero Trump no es el “anti-sistema.”
No, Trump es simplemente la peor parte del sistema, la peor parte del establecimiento. Y sintiéndose confundido por sus discursos llenos de odio, amenazas de violencia y promesas vacías, Estados Unidos eligió lo peor que su sistema ofrece para ocupar la posición más poderosa del mundo.


A confused society elects its president

Commentary by Dermidio Juez-Perez

After the Nov. 8 U.S. presidential election, it took a few days before my mind was clear enough to write again.
I’m not sure if I was in denial. However, I was, without a doubt, in disbelief.
Election Day has passed, but the election hangover is lasting longer than normal. Sipping on green tea and no longer in disbelief, I can finally write down my thoughts.
What do the election results mean? The results show the giant discontent among Americans toward the federal government – and the Washington, D.C., establishment. Specifically, it shows the discontent felt among rural, white Americans.
The results show that President-elect Donald Trump was more than a candidate. Trump represented the weapon American society chose to attack its broken political system – a political system that’s hated and rejected by most citizens. Trump is simply the person who took advantage of the situation.    
Trump understood America’s frustration. And used that frustration to execute his strategy of utilizing rural, white America to conquer the presidency. His strategy was clear and successful – hate-filled speeches using threats of violence and small, easy-to-understand words. And to keep repeating himself.  
White, rural America was confused and interpreted Trump’s insults, threats of violence, xenophobia, homophobia and racism as signs of justice, greatness and leadership. His words went down like honey to his supporters. How confused must our society be to see justice, greatness and leadership in a person full of hate and resentfulness?
Hoping to stop the establishment, white, rural America chose Trump as president, seeing him as a political outsider. But Trump isn’t anti-establishment. And he’s certainly not an outsider.
No, Trump is simply the worst piece of the system, the worst part of the establishment. And feeling confused by his hate-filled speeches, threats of violence and empty promises, America elected the worst its system has to offer to occupy the world’s most powerful position.

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