Divulgando la cultura en dos idiómas.

Colombia vive una pesadilla

Una ciudad del sur de Colombia atraviesa una pesadilla.

El 1 de abril, Mocoa fue barrida por un enorme derrumbe de barro, rocas y agua. Este desastre natural destruyó casas y automóviles, y el número de personas encontradas muertas sigue aumentando. Más de 1.500 trabajadores de emergencia y voluntarios están buscando fuertemente cientos de personas desaparecidas.
El domingo por la mañana (2 de abril), la Agencia Nacional de Desastres de Colombia había contabilizado 210 muertes, incluyendo 62 niños. Hasta la fecha, los servicios de energía, gas y teléfono aún no habían sido restaurados. Se estima que podría tomar hasta dos semanas para restaurar todos los servicios, incluyendo agua limpia. Otros 400 rescatistas y helicópteros están buscando en la zona más víctimas.
«Tenemos un gran reto para encontrar a los desaparecidos», dijo Carlos Ivan Márquez, director de la Agencia Nacional de Desastres, citado por medios de prensa.
Mientras continúan los esfuerzos de búsqueda, el presidente colombiano Juan Manuel Santos ya está hablando de reconstruir el área.
«Hoy comienza la reconstrucción», dijo. «Que Mocoa sea mejor que antes.»
Mientras tanto, desafortunadamente, la ciudad está en caos. Además de los trabajadores de emergencia y voluntarios, los familiares de personas desaparecidas están buscando sobrevivientes. Es una tarea desalentadora. Como Gilma Díaz, que vino a Mocoa para buscar a su primo, le dijo a Associated Press: «La gente iba a sus casas y no encontraba nada más que el piso».
El Dr. Herman Granados, un cirujano en un hospital en Mocoa, dijo que los médicos están abrumados y los suministros de sangre se estaban agotando. Otros suministros están funcionando bajo, también.
«No hay ni una sola gota de agua potable», dijo Marisol González, director de un instituto tecnológico cercano, a un periódico local. Necesitamos agua. Eso es lo urgente. Y no hay nada que comer.
Este desastre natural se ha convertido en la peor pesadilla de Mocoa. Es de esperar que, con el esfuerzo de los gobiernos locales y nacionales, las víctimas encuentren paz y estabilidad en un futuro cercano y la pesadilla acabará.

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A nightmare for Mocoa, Colombia

Commentary by Dermidio Juez-Perez
A southern Colombian city is going through a nightmare.  
On April 1, Mocoa was swept over by a huge landslide of mud, rocks and gushing water. This natural disaster swept away homes and cars, and the number of people found dead are still increasing. More than 1,500 emergency workers and volunteers are aggressively searching for hundreds of missing people.
By Sunday morning (April 2), the Colombian National Disaster Agency had accounted for 210 deaths, including 62 children. As of this writing, power, gas and phone services had yet to be restored. It’s estimated it could take up to two weeks to restore all services, including clean water. An additional 400 rescuers and helicopters are searching the area for more victims.
“We have a huge challenge to find the missing,” Carlos Ivan Marquez, director of the National Disaster Agency, was quoted by news outlets as saying.
While search efforts continue, Colombian President Juan Manual Santos is already talking about rebuilding the area.
“Today, the reconstruction begins,” he said. “May Mocoa be better than before.”
In the meantime, unfortunately, the city is in chaos. In addition to the emergency workers and volunteers, family members of missing people are searching for survivors. It’s a daunting task. As Gilma Diaz, who came to Mocoa to search for her cousin, told the Associated Press: “People went to their houses and found nothing but the floor.”
In addition, Dr. Herman Granados, a surgeon at a hospital in Mocoa, said doctors were overwhelmed and blood supplies were running low. Other supplies are running low, too.
“There’s not a single drop of drinkable water,” Marisol Gonzalez, the head of a nearby technological institute, told a local newspaper. “We need water. That’s what’s urgent. And there’s nothing to eat.”
This natural disaster has become Mocoa’s worst nightmare. Hopefully, with the effort of local and national governments, the victims will find peace and stability in the near future and the nightmare will end.

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