Vivir intensamente el presente hizo que un humilde chef de comida callejera llegara al estrellato en Singapur. ¿Quién podría imaginar que un pequeño puesto, con precios inferiores a los tres dólares, alcanzaría uno de los reconocimientos más importantes de la gastronomía mundial? Hong Kong Soya Sauce Chicken Rice se ha convertido en uno de los restaurantes más baratos con la estrella Michelin.
Cuando Chan Hon Meng, dueño del puesto, recibió la llamada, pensó que se trataba de una broma. Este malasio de 51 años se vio obligado a dejar la escuela a los 15, para trabajar y ayudar a sus padres granjeros. Chan tuvo claro desde el principio que su pasión era la cocina. Se formó en un restaurante de Hong Kong, ciudad a la que dedicó en 2009 su negocio callejero.
Chan se levanta cada día a las cinco de la mañana. A partir de las diez comienza a atender a los clientes, y no cierra hasta que no entrega el último plato.
Tan solo un día después de acudir a la gala Michelin, volvió a abrir su local. No ha subido un solo centavo el precio de su pollo con noodles y salsa de soja. Su filosofía dictamina que cada día tiene que esforzarse como si un «inspector Michelin» estuviera presente.
Hace 30 años se enteró de que esa estrella era el mayor honor para cualquier cocinero. Nunca pensó que la ganaría, pero supo vivir el presente ante un futuro incierto.
Vivimos esperando a ver qué nos cae, tratando de conseguir el caramelo que tanto deseamos, o de adivinar si el dulce amargo del pasado nos impedirá dar un paso hacia adelante. Sin embargo, olvidamos disfrutar de la verdadera fiesta que es vivir el presente. Sobre todos estos asuntos trata mi nuevo libro “La vida es una piñata”.
Al igual que con las piñatas, en la vida cada quien se frustra, se resigna o agradece, según su visión, expectativas, creencias y emociones. A diferencia de las piñatas, en nuestra vida sí podemos crear y manifestar regalos, convertir obstáculos en bendiciones y reprogramar los significados de las cosas que nos caen.
Y como Chan explica, nunca puedes dejar de aprender nuevas habilidades. Los premios y bendiciones no son una cuestión de suerte, sino de esfuerzo y dedicación. El éxito está relacionado con la gran expansión del talento, sea en un puesto callejero o en la empresa más aclamada del mundo.
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