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Esparza overcomes bullying

By Tere Siqueira

Erik Esparza spent his childhood and most of his adolescence as a victim of bullying.
As an adult, in observance of October as National Bullying Prevention Month, Esparza is sharing how he was bullied and how he survived it with Dos Mundos.
Even when he was too young to question his sexual identity, Esparza was attacked for not fitting the traditional male stereotype, he said.
“I would try to behave and be as masculine as possible so that I wouldn’t get picked on, … but it never stopped the bullying towards me,” Esparza said. “It all started in elementary school and got worse after middle school. They called me names to make me feel bad. I didn’t behave in any particular way. I just wanted to play, learn and watch cartoons.”
While Esparza was being bullied, he found support from friends at school, his sisters and his mother, he recalled. He said his mother tried to talk to school officials, but life got worse for Esparza, as the kids bullied him more frequently. As a result, Esparza decided not to tell his mother what was happening to him.
Although adults understood the problem, they did not give it the importance it deserved, the Kansas City area resident commented.
With the help of therapy and discussing his experiences with loved ones, Esparza has recovered from the scars that bullying inflicted on his self-confidence, he said. The Latino shared that he knows others who have suffered from bullying and have been left with effects on their confidence.
Esparza believes he would’ve grown up with more confidence and without fear of what others would think if his parents had vocally told him they would support and love him, no matter what. Therefore, Esparza advises all parents to pay attention to the small details that might signify their children are being bullied. Because children often try to hide it, he recommends parents support and talk to them about any problems they might have.
Esparza considers himself as someone who has overcome that traumatic time in his life and identifies himself as a man without complexes. He also doesn’t look at that time in his life as a victim; rather, he tries to see it as something he had to live through.
Esparza’s experience with bullying also has shown him that forgiveness can be a powerful tool for overcoming wounds. A few years ago, for example, he confronted one of his worst bullies.
“I told him that I wanted to talk to him, and I confronted him,” he said. “I told him that he had hurt me a lot and that I forgave him and wished him well. He apologized and told me that he was too young to understand many things and that he had changed. We did not become best friends, but I don’t think about him with anger anymore.”
Having healed from his experience, Esparza has a message for his younger self – and for any victim of bullying.
“It’s all about standing up for yourself and not staying silent,” he said. “And talk to everyone about what’s going on, what’s bothering you, what you’re feeling, and more than one person will help you. And for those who bully, just tell them that nobody is perfect and you shouldn’t hurt any human being for any reason.”
Area parents who are concerned about their children who are struggling with bullying are advised to seek professional support through the Kansas Bullying Prevention Hotline, 1-(800)-332-6378; or the Kansas School Safety Hotline, 1-(877)-626-8203.


Erik Esparza supera el bullying

Erik Esparza pasó su infancia y la mayor parte de su adolescencia como víctima de bullying (acoso escolar).
Como adulto, y con motivo del Mes Nacional de la Prevención del Bullying, Esparza comparte con Dos Mundos cómo fue el ser acosado y cómo sobrevivió a ello.
Incluso cuando era demasiado joven para cuestionar su identidad sexual, Esparza fue atacado por no encajar en el estereotipo masculino tradicional, dijo.
“Intentaba comportarme y ser lo más masculino posible para que no se me metieran encima, … pero eso nunca detuvo el bullying hacia mí”, dijo Esparza. “Todo empezó en la escuela primaria y empeoró después de la secundaria. Me insultaban para hacerme sentir mal. No me comporté de ninguna manera en particular. Sólo quería jugar, aprender y ver dibujos animados”.
Mientras Esparza sufría bullying, encontró el apoyo de sus amigos en la escuela, de sus hermanas y de su madre, recordó. Dijo que su madre trató de hablar con los funcionarios de la escuela, pero la vida empeoró para Esparza, ya que los niños lo acosaban con más frecuencia. Como resultado, Esparza decidió no contarle a su madre lo que le ocurría.
Aunque los adultos entendían el problema, no le daban la importancia que merecía, comentó el residente del área de Kansas City.
Con la ayuda de la terapia y hablando de sus experiencias con sus seres queridos, Esparza se ha recuperado de las cicatrices que el bullying infligió a su autoestima, dijo. El latino compartió que conoce a otras personas que han sufrido bullying y han quedado con secuelas en su confianza.
Esparza cree que habría crecido con más confianza y sin miedo a lo que pensaran los demás si sus padres le hubieran dicho de viva voz que le apoyarían y querrían, pasara lo que pasara. Por eso, Esparza aconseja a todos los padres que presten atención a los pequeños detalles que puedan significar que sus hijos están sufriendo de bullying. Dado que los niños suelen intentar ocultarlo, recomienda a los padres que les apoyen y hablen con ellos sobre cualquier problema que puedan tener.
Esparza se considera alguien que ha superado esa época traumática de su vida y se identifica como un hombre sin complejos. Tampoco ve esa época de su vida como una víctima, sino que intenta verla como algo que tuvo que vivir.
La experiencia de Esparza con el bullying también le ha demostrado que el perdón puede ser una poderosa herramienta para superar las heridas. Hace unos años, por ejemplo, se enfrentó a uno de sus peores acosadores.
“Le dije que quería hablar con él y me enfrenté a él”, dijo. “Le dije que me había hecho mucho daño y que le perdonaba y le deseaba lo mejor. Se disculpó y me dijo que era demasiado joven para entender muchas cosas y que había cambiado. No llegamos a ser mejores amigos, pero ya no pienso en él con enojo”.
Tras curarse de su experiencia, Esparza tiene un mensaje para su yo más joven, y para cualquier víctima de bullying.
“Se trata de defenderse y no quedarse callado”, dijo. “Y hablar con todo el mundo sobre lo que pasa, lo que te molesta, lo que sientes, y más de una persona te ayudará. Y a los que acosan, sólo diles que nadie es perfecto y que no hay qué hacer daño a ningún ser humano por ningún motivo”.
Se aconseja a los padres de la zona que estén preocupados por sus hijos que luchan contra el bullying que busquen apoyo profesional a través de la línea directa de prevención de bullying de Kansas, 1-(800)-332-6378; o la línea directa de seguridad escolar de Kansas, 1-(877)-626-8203.

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