Stephen Lyle Parker. un abogado altamente apreciado en el área de Kansas City por parte de amigos, admiradores y asociados por el mundo, falleció repentinamente el 28 de marzo. Él tenía 47 años de edad.
Su padre, Lyle Parker, dijo que Stephen sufrió una hemorragia cerebral.
Los ritos fúnebres de Stephen se llevaron a cabo el 9 de abril en la Iglesia Metodista Country Club United en Kansas City, Missouri y fue sepultado en el cementerio Mt. Moriah.
Su inesperada muerte sorprendió totalmente a sus padres Joann y Lyle, a su socio y hermano Daniel; su abuela Doris Park; y a sus tías, tíos y primos, y dejó una esfera de dolientes en el área metropolitana y alrededor del mundo.
Las condolencias en línea en www.obits/dignitymemorial.com confirman lo lejos que llegaba la influencia de Stephen y el cariño y admiración que inspiraba. También ellos hablan de su personalidad, como lo demuestran los extractos.
“Él verdaderamente fue uno de los más grandes abogados con los que yo haya tenido el privilegio de trabajar” Gayle Paterson, Kansas City.
“Honestamente una de las personas más amables que yo haya conocido. Aunque su vida fue demasiado corta, pienso que él verdaderamente VIVIÓ”, Tiny Rockey, Kansas City.
“Tuve el placer de negociar peticiones en la Corte con Stephen donde su bondad y profesionalismo eran inigualables”, Laura Dold, Kansas City.
“Stephen fue uno de los hombres más positivos y optimistas que yo haya conocido”, Buck Hessel, Kansas City.
“Fue una persona genuina y amable. Realmente hizo mucho por mucha gente”, Amy McCune, Overland Park.
“Extrañaremos su bondadosa risa y sonrisa siempre presente”, Theodore Gooch, New Hampshire.
“Un ser humano estupendo y brillante… y sumamente humilde”, Bill Arnold, Leawood.
“Este hombre era de gran calidad”, John Bordeau, Overland Park.
“Siempre afectuoso, amable, el caballero perfecto”, Stephen Small, Kansas City.
“Una de las personas más amables, alegres… una mente brillante y un espíritu afectuoso y cariñoso”, Paul Cramm, Overland Park.
Stephen nació en Cochabamba, Bolivia. Cuando tenía 16 años, su familia llegó a Kansas y Stephen se graduó de la escuela Overland Christian en Overland Park donde tocó la trompeta en la banda de música. Fue en Overland Christian que se interesó en las leyes.
“Él siempre quería ayudar a la gente. Estaba muy interesado en la gente y era muy personal. Era curioso, y aprendió a leer situaciones desde pequeño y encontraba conclusiones».
Mientras estudiaba en William Jewell College, Stephen aprovechó el programa para estudios en el extranjero, y pasó un año en Regent’s Park College en la Universidad de Oxford. Después de graduarse con los más altos honores, Stephen obtuvo su licenciatura en leyes de la Universidad de Kansas.
Aprobando inmediatamente el examen de abogados en Kansas, empezó a utilizar su título jurídico y bilingüismo para ayudar a los clientes que hablan español de Kansas Legal Services, una compañía jurídica no lucrativa que da servicio a residentes en Kansas de bajos ingresos.
Dos años después, Stephen inició su consulta privada en Kansas City, Kansas. En el 2003, fundó Abogados Parker & Parker, P.A, en donde se le unió su hermano menor Daniel, a quien él inspiró a convertirse en abogado.
«Siempre fueron unidos. Trabajaban juntos, jugaban y viajaban juntos también», dijo su padre Lyle.
Stephen era un turista crónico. Regularmente viajaba a Argentina, México e Italia; Sur y Centroamérica, Europa y Asia también.
«Le encantaba viajar», dijo Lyle.
Entre otros de sus intereses estaban las motocicletas Ducati, Porsches, automóviles de carreras y perros.
«A Stephen le gustaban mucho los perros. Siempre tuvo perros desde niño», dijo Lyle.
Su «amiguito fiel», Pico, es el perro que Stephen deja atrás. El perro chihuahua de 2 años de edad aún se aparece todos los días en su oficina con Daniel o Lyle para recibir a los clientes.
«Él se sienta en la ventana y ladra en español», dijo Lyle.
Stephen compró a Pico con un hombre indigente que encontró viviendo debajo de un puente cerca del City Market. El hombre que necesitaba dinero, le ofreció venderle el perro. Stephen regresó más tarde para ver cómo estaba el hombre, pero había desaparecido.
Eso era típico de Stephen, dijo Lyle. «Siempre estaba interesado en otros y tenía el deseo de ayudar».
Él habló de otras cualidades que distinguieron a su hijo fallecido –su ética laboral, honestidad e integridad, su entusiasmo y atención, su amor por la gente y su dedicación a las relaciones y búsqueda de la justicia.
Su padre Lyle dijo, «Eso es lo que me gustaría que la gente recordara de Stephen».
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Area attorney with global reach is remembered
By Edie R. Lambert
Stephen Lyle Parker, a highly regarded Kansas City area attorney with friends, fans and associates across the globe died suddenly on March 28. He was 47.
His father, Lyle Parker said that Stephen suffered a brain hemorrhage.
Stephen’s memorial service was held on April 9 at Country Club United Methodist Church in Kansas City, Mo. He was interred at Mt. Moriah Cemetery.
His unexpected death stunned Stephen’s parents, Joann and Lyle; his law partner, brother, Daniel; his grandmother, Doris Park; and aunts, uncles and cousins, and left a realm of mourners metro-wide and around the world.
Online condolences at www.obits/dignitymemorial.com attest to how far-reaching Stephen’s influence was and the affection and esteem he inspired. They speak, too, of his character, as excerpts show.
“He was truly one of the greatest attorneys I ever had the privilege of working with,” Gayle Paterson, Kansas City.
“Honestly one of the nicest people I have ever met. While he lived too short a time, I believe that he truly LIVED,” Tiny Rockey, Kansas City.
“I had the pleasure of negotiating pleas in court with Stephen where his kindness and professionalism were unrivaled,” Laura Dold, Kansas City.
“Stephen was one of the most positive and optimistic men I have ever known,” Buck Hessel, Kansas City.
“He was a genuine and kind person. He really did so much for so many people,” Amy McCune, Overland Park.
“We will miss his kindhearted laughter and ready smile,” Theodore Gooch, New Hampshire.
“An amazing, brilliant human being … and supremely humble,” Bill Arnold, Leawood.
“This guy was a class act,” John Bordeau, Overland Park.
“Always warm, kind, gracious, the consummate gentleman,” Stephen Small, Kansas City.
“One of the kindest, happiest people … brilliant mind and warm, loving spirit,” Paul Cramm, Overland Park.
Stephen was born in Cochabamba, Bolivia. When he was 16, his family came to Kansas, and Stephen graduated from Overland Christian School in Overland Park where he played trumpet in the marching band. It was at Overland Christian that he fixed on law.
“He always wanted to help people,” Lyle said. “He was very interested in people and very personable. He was inquisitive, and he learned to read situations as a little child and come up with a conclusion.”
While studying at William Jewell College, Stephen took advantage of the school’s study-abroad program, spending a year at Regent’s Park College at Oxford University. After graduating summa cum laude, Stephen earned his law degree from the University of Kansas.
Promptly passing the Kansas bar exam, he set out to use his law degree and bilingualism to help Spanish-speaking clients of Kansas Legal Services, a nonprofit law firm serving low-income Kansans.
Two years later, Stephen went into private practice in Kansas City, Kan. In 2003, he founded Abogados Parker & Parker, P.A. when he was joined by his younger brother, Daniel whom he’d inspired to become a lawyer.
“They were always close,” Lyle said. “They worked together, played together and traveled together.”
Stephen was an inveterate tourist. He regularly visited Argentina, Mexico and Italy; South and Central America, Europe and Asia, too.
“He loved all travel,” Lyle said.
Other interests include Ducati motorcycles, Porsches, motor sports and dogs.
“Stephen was very fond of dogs,” Lyle said. “He always had dogs when he was growing up.”
His “faithful little amigo,” Pico is the dog Stephen leaves behind. The two-year-old Chihuahua still shows up every day at his law firm with Daniel or Lyle to greet clients.
“He sits in the window and barks in Spanish,” Lyle said.
Stephen bought Pico from a homeless man he encountered living under a bridge near the City Market. Needing money, the man offered his dog for sale. Stephen returned later to see how the man was doing, but he’d disappeared.
That was characteristic of Stephen, Lyle said. “He was always interested in others and had a desire to assist.”
He offered other qualities that distinguish his late son — his work ethic, honesty and integrity, his enthusiasm and attentiveness, his love for people, and his dedication to relationships and the pursuit of justice.
He said, “That’s what I would like people to remember about Stephen.”