Recientemente le hice esta pregunta a mi audiencia en mi show por Facebook Live: ¿Crees puede cambiar a tu pareja? Y el primer comentario en las redes fue de un señor que escribió: “María, la gente no cambia, lo más que haría yo por cambiar, para complacer a mi pareja, sería apagar todas las luces cuando salgo de mi casa”. Me dio mucha gracia la ingeniosa explicación que me dio el caballero pero yo sabía la seriedad de su respuesta. Y es que uno de los retos más grandes que tenemos en la vida es tratar de cambiar a alguien, especialmente si se trata de nuestra pareja.
Si la gente puede cambiar o no, siempre será un tema muy debatible. Lo que sí puedo asegurar es que hay una cosa que jamás podrás cambiarle a tu pareja y es ¡la relación que tenga con su familia!
Tal vez tu amorcito se lleva de una manera muy extraña con sus seres queridos. Un día conviven a las mil maravillas y la próxima semana no se pueden ver ni en pintura. Y tú no puedes entender la dinámica que existen entre ellos.
Las relaciones entre familiares son siempre las más intensas y más complicadas, en gran parte debido a que se forman cuando somos tan sólo niños y no podemos escoger lo que nos gusta o nos disgusta de quienes nos rodean. La relación de alguien con sus padres o hermanos es compleja porque involucra la historia, las experiencias, la comunicación, lazos biológicos e influencia psicológica y muchas cosas más que los unen y forman su dinámica familiar la cual es única y especial, sea buena o mala.
Te aconsejo que no trates de entender la relación que tiene tu pareja con su familia y mucho menos trates de cambiarla, porque estarás perdiendo tu tiempo. Además seamos honestos, la relación que tienes tú con los tuyos tal vez sea igual de extraña.