By Angie Baldelomar
The U.S. Department of State is denying passports to Hispanic Americans who are presenting official birth certificates at the border with Mexico, according to a report by the Washington Post.
When the State Department believes a U.S. birth certificate is not enough proof of citizenship, it is reportedly requesting a range of obscure documents, including evidence of the mother’s prenatal care, baptismal certificate or rental agreements from when the person was a baby. And even after presenting those documents, people are still being denied their passports.
“In some cases, passport applicants with official U.S. birth certificates are being jailed in immigration detention centers and entered into deportation centers,” the report said.
The issue stems from a government allegation that some midwives and physicians along the Texas-Mexico border gave U.S. birth certificates to babies who were born in Mexico between the 1950s and the 1990s. This was later somewhat proved by a series of federal court cases in the 1990s, where several birth attendants admitted to doing so.
In a statement to the Post, the State Department said it hasn’t changed its policy about the adjudication of passport applications, but said it is asking certain applicants to share additional documentation.
“(Applicants) who have birth certificates filed by a midwife or other birth attendant suspected of having engaged in fraudulent activities, as well as applicants who have both a U.S. and foreign birth certificate, are asked to provide additional documentation establishing they were born in the United States,” the statement said. “Individuals who are unable to demonstrate that they were born in the United States are denied issuance of a passport.”
During the George W. Bush and Barack Obama administrations, passports were denied to people who had been delivered by midwives in Texas’s Rio Grande Valley. But the same midwives that provided fraudulent birth certificates also delivered babies legally in the United States, making it impossible to distinguish between legitimate and illegitimate documents.
The passport denials stopped for the most part in 2009 following a government settlement with the American Civil Liberties Union. But now, under the Trump administration, passports are being denied again – and being revoked.
The Post report highlighted the case of a Texas man with a U.S. passport who was interrogated while crossing back to Texas from Mexico. His passport was taken from him after Customs and Border Protection agents had told him to admit he was born in Mexico. His passport was revoked, he was sent to a detention center and he entered deportation proceedings.
The initiative is another crackdown by the Trump administration to reduce immigration. Within the past year, the administration’s efforts have included throwing permanent residents out of the military and the formation of a denaturalization task force to try to identify people who might have lied on citizenship applications.
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Estados Unidos niega pasaportes a ciudadanos hispanoamericanos en la frontera con México
El Departamento de Estado de EE.UU. está negando pasaportes a los ciudadanos estadounidenses de descendencia hispana que presentan certificados de nacimiento oficiales en la frontera con México, según un informe del Washington Post.
Cuando el Departamento de Estado cree que un certificado de nacimiento de EE.UU. no es suficiente prueba de ciudadanía, está solicitando una variedad de documentos obscuros, incluyendo evidencia del cuidado prenatal de la madre, certificado de bautizo o contratos de alquiler de cuando la persona era bebé. E incluso luego de presentar esos documentos, a las personas todavía se les niega el pasaporte.
“En algunos casos, los solicitantes de pasaportes con certificados de nacimiento estadounidenses están siendo encarcelados en centros de detención de inmigrantes e ingresados en centros de deportación”, indicó el informe.
El problema surge de una afirmación del gobierno de que algunas parteras y médicos a lo largo de la frontera entre Texas y México entregaron certificados de nacimiento estadounidenses a bebés nacidos en México entre la década de 1950 y 1990. Esto fue, luego, algo demostrado por una serie de casos judiciales federales en la década de 1990, donde varias parteras admitieron haberlo hecho.
En un comunicado al Post, el Departamento de Estado dijo que no ha cambiado su política sobre la adjudicación de las solicitudes de pasaportes, pero dijo que está pidiendo a ciertos solicitantes que presenten documentación adicional.
“(Los solicitantes) que tienen certificados de nacimiento otorgados por una partera u otra asistente de parto sospechada de haber participado en actividades fraudulentas, así como los solicitantes que tienen un certificado de nacimiento estadounidense y extranjero, se les solicita que proporcionen documentación adicional que establezca que nacieron en los Estados Unidos “, explica el comunicado. “A las personas que no pueden demostrar que nacieron en los Estados Unidos se les niega la emisión de un pasaporte”.
Durante las administraciones de George W. Bush y Barack Obama, pasaportes fueron negados a personas que fueron dadas a luz con ayuda de parteras en el Valle del Río Grande en Texas. Pero las mismas parteras que daban certificados de nacimiento fraudulentos también trajeron al mundo bebés de forma legal en Estados Unidos, haciéndolo imposible el distinguir entre documentos legítimos e ilegítimos.
La negación de pasaportes se detuvo en su mayor parte en 2009 luego de un acuerdo gubernamental con la Unión de Libertades Civiles de los Estados Unidos. Pero ahora, bajo la administración de Trump, los pasaportes están siendo negados otra vez, y también están siendo revocados.
El informe del Washington Post resaltó el caso de un hombre de Texas con un pasaporte estadounidense que fue interrogado al volver de México y cruzar la frontera de Texas con México. Le quitaron su pasaporte después de que los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza le dijeron que admitiera que había nacido en México. Su pasaporte fue revocado, fue enviado a un centro de detención y entró en un proceso de deportación.
La iniciativa es otra ofensiva del gobierno de Trump para reducir la inmigración. Durante el año pasado, los esfuerzos del gobierno han incluido expulsar a los residentes permanentes del ejército y formar un grupo de trabajo de desnaturalización para tratar de identificar a las personas que pudieran haber mentido en sus solicitudes de ciudadanía.