In the late evening of Feb. 13, 2024, Lisa Lopez-Galvan walked out of the KKFI radio studio for the last time. She’d signed off with a simple, “goodnight.” Her co-host, Tommy Andrade and her listeners were hearing Lopez-Galvan’s final live broadcast; her closing public adiós.
Less than 24 hours later, she was dead. Not from heart disease or cancer or another of America’s leading causes of death for women. Something far more malevolent and ruthlessly random claimed the life of the 43-year-old mother of two — wholesale gun access and selfish disinhibition.
Not surprisingly given her widespread reputation as one of her home team’s most enthusiastic fans, Lopez-Galvan attended the Kansas City Chief’s Super Bowl victory rally at Union Station on Valentine’s Day. With her were her 19-year-old daughter, Adriana, her older son, Marc and the grade-school daughters of a cousin. Just before 2 p.m., a barrage of bullets mercilessly scattered rally fans. Lisa Lopez-Galvan was fatally shot. She collapsed, dying there on the pavement at the finale of the rally program – one of 23 hapless victims of America’s newest mass shooting.
By the next day, Lopez-Galvan’s name was blazoned in headlines around the world. Taking note are potential international visitors to the six 2026 World Cup matches Kansas City’s hosting. The tragedy’s attracting international attention, too, because of Taylor Swift’s presence here to help her beau, Travis Kelce celebrate the Super Bowl win.
Lopez-Galvan is the youngest of four siblings of a legendary music and civic-minded family with long, strong, deep ties to the Westside and the greater metro area. But she’s a star in her own right – a “beloved KKFI host” of A Taste of Tejano, a leading local party disc jockey, impassioned Tejano music aficionado, and former longtime city court clerk and events volunteer for Roeland Park.
The bilingual Latina was cherished, by all accounts. “A much-loved wife, mother and friend” who “will be greatly missed,” reads the Bishop Miege Mothers Club Facebook post. “She had so many friends and so many supporters,” said her radio co-host. “She was a loving, loving person.”
A light has gone out. The rally shooters viciously blasted a hole in the heart of our community. We react by clenching our fists, bowing our heads and vowing action to stop the violence. Now, we’re joined by local lawmakers and supporters and relatives of Lopez-Galvan. We must wonder, though, how massacres continue to claim ever more lives. The slaughter of 19 elementary school students and two teachers in May 2022 was evidently not a sufficient catalyst. What’s it going to take?
Regardless, nothing will ever change the fact that Adriana and Marc Galvan must go on without the loving presence of their mother, Lisa Lopez-Galvan.
Otra tragedia inesperada
A última hora de la tarde del 13 de febrero de 2024, Lisa López-Galván salió del estudio de radio del KKFI por última vez. Ella se despidió con un simple “buenas noches”. Su copresentador, Tommy Andrade, y sus oyentes estaban escuchando la última transmisión en vivo de López-Galván; su último adiós público.
Menos de 24 horas después, estaba muerta. No por enfermedades cardíacas, cáncer u otra de las principales causas de muerte de mujeres en Estados Unidos. Algo mucho más malévolo y despiadadamente aleatorio se cobró la vida de esta madre de dos hijos de 43 años: acceso masivo a armas y desinhibición egoísta.
No es de extrañar, dada su amplia reputación como una de las fans más entusiastas de su equipo local, que López-Galván asistiera al desfile de victoria del Super Bowl de los Kansas City Chiefs en Union Station el día de San Valentín. Con ella estaban su hija Adriana, de 19 años, su hijo mayor, Marc, y las hijas de primaria de un primo. Poco antes de las 14.00 horas, una ráfaga de balas dispersó sin piedad a los aficionados al desfile. Lisa López-Galván recibió un disparo mortal. Se desplomó y murió allí, en la acera, al final del programa del desfile: una de las 23 desafortunadas víctimas del tiroteo masivo más reciente en Estados Unidos.
Al día siguiente, el nombre de López-Galván apareció en los titulares de todo el mundo. Toman nota los posibles visitantes internacionales a los seis partidos de la Copa Mundial de 2026 que se celebrarán en Kansas City. La tragedia también está atrayendo la atención internacional debido a la presencia de Taylor Swift aquí para apoyar a su novio, Travis Kelce, a celebrar la victoria del Super Bowl.
López-Galván es la menor de cuatro hermanos de una familia legendaria con mentalidad musical y cívica con vínculos largos, fuertes y profundos con el Westside y el área metropolitana. Pero ella es una estrella por derecho propio: una “querida presentadora de KKFI” de “A Taste of Tejano”, una destacada disc jockey de fiestas locales, apasionada aficionada a la música tejana y ex secretaria de la corte municipal y voluntaria de eventos de Roeland Park desde hace mucho tiempo.
La latina bilingüe era muy querida, según todos los indicios. “Una esposa, madre y amiga muy querida” a quien “extrañaremos mucho”, se lee en la publicación de Facebook del Bishop Miege Mothers Club. “Tenía tantos amigos y tantos seguidores”, dijo su copresentador de radio. “Ella era una persona muy cariñosa”.
Se ha apagado una luz. Los culpables del tiroteo del desfile abrieron un agujero brutalmente en el corazón de nuestra comunidad. Reaccionamos apretando los puños, inclinando la cabeza y prometiendo actuar para detener la violencia. Ahora, nos acompañan legisladores locales, partidarios y familiares de López-Galván. Sin embargo, debemos preguntarnos cómo las masacres siguen cobrándose cada vez más vidas. La matanza de 19 estudiantes de primaria y dos profesores en mayo de 2022 evidentemente no fue un catalizador suficiente. ¿Qué se necesitará?
De todos modos, nada cambiará el hecho de que Adriana y Marc Galván deben seguir adelante sin la amorosa presencia de su madre, Lisa López-Galván.
