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La Cocina No Muerde: México y Ecuador cocinan en el Día de Muertos

Mientras en EE.UU, el Caribe y algunos países de Latinoamérica celebramos Halloween, los mexicanos y ecuatorianos se preparan para una de sus festividades más típicas: el “Día de los Muertos”.
Es una celebración muy antigua, que honra a los seres queridos que han fallecido. En el caso de México, aunque comienzan días y en ocasiones semanas antes, el día oficial es el 2 de noviembre, coincidiendo con la celebración católica del “Día de los Fieles Difuntos”.
Podría sonar morbosa, pues se celebra con humor. Tradicionalmente se hacía una misa, se visitaba al cementerio para limpiar y adornar la tumba del muerto y en ocasiones se hacía un rosario por la noche. Hoy significa hacerle un altar en su casa o tumba. En ella se coloca un retrato del difunto, flores, calaveras de azúcar, la comida y bebida favorita del muerto, piezas y joyas que lo recuerden, cruces, rosarios y hasta música para los vivos celebrar con un sabroso pan de muertos, fiambres y tequila. Al final el único propósito es recordar al difunto con alegría.
Ecuador mezcla tradiciones cristianas con ritos prehispánicos. Para unos es un día de rezo, mientras otros visitan el cementerio con ambiente de fiesta, música y ofrendas compartidas con el difunto. En zonas más rurales, se visita la tumba con la comida y bebida preferida del muerto, se llevan florales, se hacen rezos, serenatas y hasta unas peculiares cartas para “ponerlos al día” de lo ocurrido desde su partida. El 1 y 2 de noviembre es tradición comer “guaguas de pan”, un pan grande, moldeado y decorado con forma de bebé y se acompaña con “colada morada”. La colada es una bebida caliente, aromática y dulce hecha de harina de maíz negro, moras, fresas, piña, naranjilla (fruta muy típica en Ecuador) y mortiños (arándano silvestre). Todas estas frutas unidas a algunos toques aromáticos le dan su típico color morado y sabor intenso. Incluso la puedes encontrar todo el año como “colada de naranjilla” y “bautizada” con ron de la zona.
Durante las fiestas preparan platos que no se descompongan rápido, ya que estarán en la mesa por los tres días de la tradición. Hay quienes hacen churros con arveja, fréjol, mote, huevos, pollo, cuy y hasta carne asada y aguardiente, pasando por un buen seco de gallina o un aguado. Al igual que en México, es alegre y en algunas zonas termina con una gran fiesta.

Lo sabroso es ver como se valoran y se mantienen esas celebraciones ancestrales a través de los años. Independientemente de dónde vives, conservemos las costumbres de nuestros países, eso nos mantiene unidos y ayuda a que la tradición nunca muera.
Doreen Colondres es nuestra celebrity chef. Latina, viajera incansable, graduada y certificada en cocina y vinos. Síguela en las redes @Doreen Colondres y para más recetas visita su web www.LaCocinaNoMuerde.com o adquiere su libro en Amazon o Itunes.

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